Se conoce como bien tangible a aquel producto que es de naturaleza física. Es lo opuesto al bien intangible, que se encuentra en un formato inmaterial.
Un bien tangible es un bien que tiene cualidad corpórea, de modo que ocupa un espacio físico y puede ser directamente palpable. Tiene valor en el mercado, por lo que está sujeto a precio y busca dar solución a un problema.
A diferencia de los bienes intangibles (que forman parte del sector terciario o sector servicios), lo bienes tangibles corresponden al sector secundario, que es la industria encargada de transformar las materias primas en productos terminados.
Electrodomésticos: Lavadoras, refrigeradores, hornos de microondas, cocinas y licuadoras.
Vehículos: Automóviles, motocicletas, barcos y bicicletas.
Joyas: Collares, pendientes, pulseras, anillos y tobilleras.
Ropa: Pantalón, vestido, camisa, traje, short y falda.
Alimentos: Frutas, vegetales, lácteos, carne y legumbres.
Dispositivos móviles: Celulares, tabletas, relojes, calculadoras y cámaras.
Está materializado físicamente.
Es perceptible en diferentes sentidos, como: vista, olfato y tacto.
Cubre una necesidad en el mercado.
Tiene asignado un coste.
Es el fruto de un proceso de producción.
Pertenece al sector secundario.
Mientras que un bien tangible dispone de volumen y es factible de ser tocado, el bien intangible es de naturaleza incorpórea y, por tanto, no puede ser percibido mediante el tacto.
No obstante, ambos tipos comparten ciertas semejanzas que lo caracterizan como bien, como la de responder a una demanda, disponer de un precio, y ser el resultado de un proceso productivo.
Un ejemplo que aúna lo tangible con lo intangible, el cual permite percibir más fácilmente sus diferencias, es el sistema informático, el cual está compuesto por una parte física (hardware, que ocupa espacio y se puede tocar) y una parte digital (software, que no ocupa espacio físico ni se puede tocar).
Los bienes tangibles con servicios anexos son aquellos que son concebidos físicamente con un conjunto de servicios adjuntos. Es decir, es la utilidad prolongada que dispone un usuario luego de comprar un producto.
Por ejemplo, si adquieres un automóvil teledirigido y este presenta fallas a posteriori, con los servicios anexos puedes solicitar ayuda al soporte de la empresa, el cual ofrecerá solución a tu problema. En este caso, el bien tangible sería el ordenador, y los servicios (que son intangibles) constituirían la asistencia técnica.
En general, algunos de estos servicios son: soporte técnico, garantía por fallos, instalación del producto, y seguimiento del cliente tras su compra.
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