La interacción de la empresa con personas y organizaciones dentro de su entorno doméstico y fuera de él se rige generalmente por las transacciones de mercado. La interdependencia generada, es una característica destacable de la acción de la empresa en la actualidad.
Para comprender la acción de la organización es necesario interpretarla en su contexto. Es así que además de los factores técnicos (variables controlables) que se resuelven al interior de la empresa y los factores externos (variables incontrolables) también existe un entorno humano (cultural y social) determinante de la realidad que enfrentan las empresas.
Las decisiones a tomar en la empresa, concretamente las decisiones de marketing internacional, no serán satisfactorias si no se ocupan del entorno específico en el que se encontrará inserta la oportunidad de negocio.
El entorno propicia la acción (oportunidad) pero también la limita (amenaza), de no tomar en cuenta los factores del mismo, se corre el riesgo de tomar decisiones erróneas que pueden generar desajustes globales.
La complejidad del entorno global hace cada vez más difícil la operación de las empresas tanto si sus actividades se enmarcan en el mercado doméstico como si operan en mercados extranjeros. Es necesario mantener una visión global equilibrada a través del monitoreo inteligente del entorno.
Para reducir la cantidad y complejidad de los fenómenos del entorno será necesario categorizarlos para hacerlos más abordables. La labor fundamental del análisis del entorno es reconocer y discernir sobre los canales a través de los cuales las fuerzas externas impactan sobre la estrategia de la empresa.
Para entender cómo llegan a impactar los factores externos sobre las estrategias de las empresas en los mercados domésticos y en los mercados destino, pongamos como ejemplo, el uso de instrumentos de política comercial por parte de los gobiernos para intervenir sobre la circulación de bienes o servicios en sus mercados nacionales.
Es el caso del Gobierno francés que en el año de 1981 estableció El Plan Poitiers; en este año Francia importaba cerca de 70.000 videocasetes (VCR) al mes, procedentes de Japón. Para detener el flujo de las importaciones y favorecer a las empresas francesas del sector, en especial al grupo Thomson, se publicó un decreto por el cual, a partir de 1982, todas las importaciones de videocasetes tendrían que despacharse desde la aduana del pueblo de Poitiers.
La aduana de Poitiers estaba muy limitada en recursos personales y en sus instalaciones. Además, se debía aplicar todo el contenido de las reglamentaciones y procedimientos de inspección. Este plan se convirtió en un verdadero problema para los importadores de VCR, los cuales tenían que esperar hasta tres meses para el despacho de sus mercancías.
Los efectos de esta medida fueron inmediatos, de esta aduana solo salían 10.000 videocasetes al mes. Aunque Japón interpuso una queja ante la OMC y suspendió todo envío a Francia; y el organismo fallo contra este país por incumplimiento del acuerdo de libre comercio, instándole a volver al esquema anterior, las empresas francesas fabricantes de equipos VCR tuvieron tiempo para lanzar sus productos al mercado con diseño y tecnología más moderna.
Casos como el anterior abundan en el contexto del comercio internacional. Se desprende de lo anterior, parafraseando al profesor Llamas (1999), la necesidad por parte de la empresa de mantener una visión general de las fuerzas constitutivas del entorno (cultura, ideología, actores relevantes, procesos de interacción), reconociendo las conexiones e interdependencias como resultado de una dinámica específica de organización.
El análisis del entorno internacional es importante aun cuando las empresas no mantengan actividades internacionales, ya que las estrategias y acciones de las organizaciones en el escenario global repercuten en el ámbito de acción más próximo.
Los subsidios otorgados por los gobiernos a una industria creando dumping, son un ejemplo de esta clase de fenómenos. También, los cambios sociales, económicos o de políticas con resultados positivos en la competitividad de las empresas en otros países.
En países menos desarrollados es más evidente la influencia de los gobiernos en el ambiente competitivo. Sin embargo, en cualquier país los gobiernos tienen capacidad para negociar acuerdos internacionales, proteger industrias nacionales, determinar políticas monetarias, fiscales, entre otras. Éstas son algunas manifestaciones de la importancia de la intervención de los gobiernos en la capacidad de respuesta por parte de las empresas en el escenario global.
Cada uno de estos niveles a su vez está determinado por los factores políticos, económicos y sociales, ninguno de ellos es excluyente, todos interactúan en todas direcciones.
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