No cabe ninguna duda de que la actividad empresarial se encuentra sometida a diversos riesgos que pueden influir de un modo u otro sobre sus resultados futuros. Muchos de estos riesgos son inherentes al desarrollo de su propia actividad productiva y se denominan riesgos de negocio, económicos o empresariales. Dichos riesgos están relacionados con el desarrollo, fabricación y comercialización de los productos y servicios. A parte de estos riesgos las empresas también se encuentran sometidas a otros de origen financiero teniendo cada vez tienen una mayor influencia sobre las empresas.
Dentro de estos riesgos financieros podemos destacar el denominado riesgo de mercado, consistente en la posibilidad de que una empresa sufra pérdidas en un determinado período debido a movimientos inesperados y adversos en los tipos de interés, de cambio, precios bursátiles y de las materias primas o “commodities”.
De esta forma para el caso del riesgo de tipo de interés, las empresas que prevean tener un exceso de cash-flow en un período futuro se verán influidas por los descensos en los tipos de interés, que le supondrán un menor rendimiento de sus inversiones. Por el contrario, las empresas que tengan una necesidad futura de financiación en el futuro estarán sometidas al riesgo de una subida de los tipos de interés que supondrá un mayor coste de su financiación.
Para el caso del riesgo de tipo de cambio, las empresas que tengan previsto un cobro futuro en divisas quedarán expuestas a un descenso en el cambio de la divisa, lo que le supondrá un ingreso menor, mientras que las que tengan que realizar un pago futuro estarán sometidas al aumento del tipo de cambio. De igual forma se podría analizar el resto de riesgos de mercado.
Los inversores serían indiferentes acerca de los planes de cobertura del riesgo llevados a cabo por las empresas si los mercados fuesen eficientes. Ellos podrían replicar la cobertura realizada por la empresa por lo que dicha operación no aportaría ningún valor a su inversión.
El riesgo económico hace referencia a la incertidumbre producida en el rendimiento de la inversión debida a los cambios producidos en la situación económica del sector en el que opera la empresa. El riesgo económico se refiere a la variabilidad relativa de los beneficios esperados antes de intereses, pero después de impuestos (BAIDT). Es una consecuencia directa de las decisiones de inversión. De manera que la estructura de los activos de la empresa es responsable del nivel y de la variabilidad de los beneficios de explotación.
También conocido como riesgo de crédito o de insolvencia, el riesgo financiero hace referencia a la incertidumbre asociada al rendimiento de la inversión debida a la posibilidad de que la empresa no pueda hacer frente a sus obligaciones financieras. Es decir, el riesgo financiero es debido a un único factor: las obligaciones financieras fijas en las que se incurre.
Desde el punto de vista del inversor, la forma de protegerse contra el riesgo financiero es la de colocar su dinero en aquellas organizaciones que carezcan de riesgo de insolvencia o que lo tengan muy bajo, es decir, el Estado, empresas públicas y empresas privadas con bajos coeficientes de endeudamiento.
El riesgo financiero es el resultado directo de las decisiones de financiación, porque la composición de la estructura de capital de la empresa -el nivel de apalancamiento financiero- incide directamente en su valor.
El riesgo de interés hace referencia a cómo las variaciones de los tipos de interés de mercado afectan al rendimiento de las inversiones. El director financiero de la compañía debe hacer frente a este tipo de situaciones mediante los mecanismos de gestión de riesgo adecuados.
El riesgo de interés puede, por lo tanto, afectar a las inversiones de dos formas distintas, por un lado, haciendo variar los flujos de caja y/o haciendo variar su valor de mercado. Además, las características que tienden a reducir la influencia del riesgo de interés en uno de ellos, simultáneamente, tiende a aumentarla en el otro. En otros casos, habrá empresas que verán aumentar sus costes financieros al hacerlo los tipos de interés, lo que llevará a un descenso de su precio de mercado.
El riesgo de inflación hace referencia a la incertidumbre que la existencia de la inflación provoca sobre la tasa de rendimiento real de una inversión. El riesgo para el inversor viene dado por la variación del poder adquisitivo de los flujos de caja generados por el proyecto, que surge al diferir la tasa de inflación esperada de la realmente producida.
Aquellos inversores, que pretenden alcanzar un objetivo determinado al final del horizonte temporal de su inversión, verán como la cantidad de dinero necesaria para conseguir dicho objetivo varía continuamente a causa de la reducción del poder adquisitivo.
Igualmente es importante diferenciar entre la rentabilidad real y la nominal de una inversión. Si vemos en la prensa que el tipo de interés de una Letra del Tesoro a un año de plazo es del 6%, somos conscientes de que es un tipo de interés sin riesgo y de que es una tasa de interés “nominal” (r). Esto último quiere decir que dicha cifra se compone de la tasa de inflación esperada para el próximo año (π) y de la tasa de rendimiento “real” (i).
(1 + r) = (1 + i) x (1 + π)
Donde: i = r – π
Por otra parte, el riesgo de inflación no afecta de la misma forma a todas las inversiones. Hay proyectos cuyo rendimiento esperado se encuentra gravemente afectado por las variaciones de la tasa de inflación, mientras que hay activos financieros que son inmunes a dicho riesgo.
El riesgo de cambio hace referencia a cómo las variaciones en los tipos de cambio de las divisas afectan al rendimiento de las inversiones. Es un tipo de riesgo sistemático puesto que no se puede eliminar a través de una buena diversificación. También están sometidos a este riesgo los inversores que adquieran activos financieros pagando con una moneda distinta a la suya propia.
Hace referencia a la incertidumbre asociada al rendimiento de la inversión debida a la dificultad potencial en hacer líquido el activo poseído. Cuanto mayor dificultad se encuentre en vender el activo, sin tener que ofrecer una rebaja sustancial en su precio, mayor será el grado de riesgo de liquidez que conlleve.
La liquidez implica tanto la posibilidad de convertir en dinero un activo como el que sea innecesario rebajar su precio para poder venderlo. Así, está claro que un activo invendible es ilíquido, pero también adolece de falta de liquidez el activo enajenable cuyo precio debe ser rebajado ostensiblemente para poderlo colocar.
El riesgo de liquidez, por tanto, se plantea particularmente cuando hay alguna razón para pensar en que hay que vender un activo con cierta urgencia. Si ésta última no existiese tampoco habría que preocuparse demasiado de dicho riesgo.
El riesgo legal proviene de la legislación que afecta a los contratos mercantiles o financieros realizados. Es decir, que el ordenamiento jurídico nacional e internacional, en su caso, ofrezca la seguridad necesaria de que los contratos se ajustan a derecho, son válidos y que se pueden hacer cumplir. Evidentemente, las pérdidas debidas al incumplimiento de la legislación también se contemplan dentro de la definición de dicho riesgo.
El valor de mercado de las acciones y bonos de una empresa cae cuando la compañía anuncia que entra en un proceso de litigación. Los costes de litigación y la incertidumbre del veredicto incrementan el coste del capital de la empresa.
Del riesgo legal se deriva el denominado riesgo de desacuerdo, que surge cuando las partes no se ponen de acuerdo en la interpretación de los términos de un contrato previamente firmado por ambas.
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Comentarios 2
Considero importante desde mi punto de vista, que los riesgos pueden clasificarse de distintas formas una vez ya identificados, ellos pueden ser a mi consideración: económicos o financieros, salud mental, higiene, prevención de accidentes, pero este primer término también puede aplicarse a labores como inversiones, medios de financiación, operaciones de arbitraje, políticas empresariales, modelos de contratación, entre otros y desde luego dentro de una institución educativa.
me parece interesante el articulo para poder tomar medidas de prevencion ante situaciones imprevistas