El acoso laboral es un problema extendido que afecta a muchos trabajadores en la actualidad. Se trata de un tipo de violencia en el lugar de trabajo que puede tener consecuencias físicas y mentales sobre la víctima, afectando a su faceta personal, familiar y profesional.
Se denomina acoso laboral o mobbing a la conducta hostil y constante ejercida por una o más personas contra un trabajador, con el fin de generarle daño psicológico y/o físico.
De forma generalizada, podemos decir que el acoso laboral es:
Repetitivo: El acoso se repite de forma sostenida en el tiempo.
Intencional: El acosador busca realmente causar daño a su víctima.
Silencioso: Muchas veces, el acoso laboral se produce en silencio, sin que nadie se percate de lo que está sucediendo.
Desigual: El acosador suele tener una posición jerárquica superior al acosado, lo que le permite ejercer un control indebido sobre la víctima.
Las causas de un comportamiento de acoso laboral pueden variar dependiendo de la situación, pero algunas de las más frecuentes son:
Envidia o celos hacia un compañero.
Diferencias políticas, religiosas, culturales, y otras.
Luchas de poder entre compañeros y/o superiores.
Problemas de trabajo en equipo.
El acoso laboral puede tener graves consecuencias, tanto para las víctimas como para los hostigadores. A continuación, se mencionan algunas de ellas:
Insomnio.
Depresión.
Ansiedad
Estrés.
Problemas para relacionarse con los demás.
Disminución en el autoestima.
Falta de concentración.
Problemas de memoria.
Pérdida de motivación en el trabajo.
Problemas físicos, como dolores de cabeza y enfermedades gastrointestinales.
Pérdida confianza en sí mismo.
Dificultades para encontrar otro empleo.
Repercusiones legales y financieras, como indemnizaciones y multas.
Mayor posibilidad de ser despedido.
Daño a su carrera profesional, lo que conllevaría al hostigador a tener dificultades para conseguir otro trabajo en el futuro.
Pérdida de respeto por parte de sus compañeros de trabajo.
Encontrarse permanentemente en un ambiente laboral negativo, ya que es propiciador de ello.
Fomentar una cultura de respeto: Es importante que la empresa promueva valores como el respeto, la tolerancia y la diversidad. Los empleados deben saber que cualquier tipo de comportamiento abusivo no será tolerado y que se tomarán medidas para erradicarlo.
Definir claramente las funciones de cada empleado: Cuando los roles están bien definidos, se minimiza la posibilidad de conflictos y malentendidos que puedan terminar en acoso laboral.
Establecer canales de comunicación efectivos: Los empleados deben tener la oportunidad de expresar sus inquietudes, sugerencias y quejas a través de canales formales e informales. De esta manera, se evita que las tensiones y los conflictos se acumulen y acaben en acoso laboral.
Implementar políticas específicas para prevenir el acoso laboral: Las políticas deben dejar totalmente claro el carácter intolerable del acoso laboral, y establecer los procedimientos a seguir en caso de que se produzca una situación de este tipo.
Entender las políticas de acoso laboral de la empresa: Familiarizarse con las normativas internas y los procedimientos para denunciar el acoso laboral es fundamental.
Establecer límites claros: Comunicar de manera asertiva cuándo una conducta o comentario es inapropiado o incómodo puede ayudar a prevenir situaciones de acoso laboral.
Documentar incidentes: Llevar un registro detallado de los eventos relacionados con el acoso, incluyendo fechas, lugares, personas involucradas y testigos, puede ser útil en caso de necesitar presentar una denuncia formal.
Buscar apoyo: Hablar con colegas de confianza, supervisores, sindicatos o recursos humanos sobre el problema puede ser útil para recibir asesoramiento y apoyo emocional.
Capacitarse en habilidades interpersonales: Desarrollar habilidades de comunicación asertiva, manejo del estrés y resolución de conflictos puede ayudar a enfrentar situaciones de acoso laboral de manera efectiva.
Las conductas típicas de acoso laboral incluyen:
Comentarios despectivos.
Aislamiento social, excluyendo al afectado tanto de actividades laborales como sociales.
Generación de sobrecarga de trabajo.
Asignación de tareas inapropiadas o sin sentido.
Insultos y/o críticas en público.
Sabotaje de las tareas que realiza la víctima.
Amenazas hacia la víctima.
Veamos algunos ejemplos de acoso laboral de varios tipos:
Un empleado sufre una serie de comentarios ofensivos por parte de su supervisor con respecto a su apariencia física, habilidades profesionales y vida personal. Estos comentarios se vuelven constantes y crean un ambiente de trabajo hostil.
Un trabajador es sistemáticamente ignorado, excluido de reuniones y actividades importantes, y se le asignan tareas por debajo de su capacidad profesional. Este trato dificulta su progreso en la empresa y afecta su autoestima.
Un empleado es objeto de insinuaciones sexuales no deseadas y comentarios inapropiados por parte de un colega. A pesar de expresar su malestar y pedir que cesen estos comportamientos, el acosador persiste en su conducta.
Un jefe utiliza su posición de autoridad para ejercer presión sobre un subordinado, exigiendo horas extras no remuneradas y asignándole tareas desagradables como represalia por haber presentado una queja en recursos humanos.
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