La estructura organizativa tiene como primer objetivo potenciar los indicadores de rendimiento de una determinada organización. A partir de esto, se puede concluir que la elección debe hacerse considerando aquellos factores que tienen un impacto directo en la centralización y descentralización dentro de la transferencia de control.
Uno de los factores más importantes para la centralización de la estructura organizativa es el aumento de los costes.
Para resolver rápidamente las cuestiones y los problemas operativos, la autoridad vertical delegada debe formarse de arriba abajo dentro de las fronteras de la estructura organizativa. Esta decisión influirá positivamente en la capacidad de la empresa para reaccionar rápidamente ante los cambios internos y externos.
Para garantizar que todas las actividades del esquema organizativo entre o dentro de los departamentos de gestión sean fluidas y productivas, todo el poder de decisión y la coordinación de los planes deben estar en manos de un único líder.
La redistribución (delegación) de responsabilidades es más común en las empresas con una mano de obra altamente cualificada. En consecuencia, a menudo conduce a la descentralización de la empresa.
Para la estructura jurídica organizativa centralizada de la empresa son de especial importancia indicadores como el volumen de producción y la distribución de la zona del trabajo, porque de ellos depende la concentración y la rentabilidad de la autoridad. Si la empresa crece y se expande, también lo hace el papel de la centralización de la estrategia organizativa a nivel de la alta dirección. Es decir, cuanto más grande sea la organización y más departamentos haya en ella, mayor será la centralización y viceversa.
Un jefe no puede desligarse de su responsabilidad, ni siquiera en el caso de delegar cierta parte de la misma en sus empleados. Es decir, incluso habiendo delegado una serie de responsabilidades en un subordinado, el jefe está obligado a vigilar su trabajo. Sin embargo, si hay una buena comunicación entre el supervisor y el personal, más adelante hay una alta probabilidad de descentralización del poder.
En el caso de que la empresa tenga una estructura organizativa centralizada, el estilo de dirección y el sistema en su conjunto pueden tener un impacto significativo en las cualidades personales del directivo. Por ejemplo, si el jefe es un tirano por naturaleza, su estilo de gestión será el correspondiente, lo que muy probablemente provocará una reacción negativa de los empleados.
Un sistema eficaz de coordinación, comunicación, intercambio de información y toma de decisiones a través de la tecnología de la información (TI), así como amplias redes de comunicación internas y externas. Este factor suele ser la causa de la creciente centralización y una especie de palanca para influir en la política de gestión de la empresa en su conjunto.
Los factores del entorno, como el marco legal, el sistema económico y el estatus social del empleado fuera de la organización, determinan directa o indirectamente la estructura organizativa de la empresa e influyen en la centralización o descentralización en el sistema de gestión.
En caso de crecimiento de los indicadores mencionados, la centralización de la gestión disminuye.
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