Se entiende por competencia desleal al conjunto de tácticas comerciales que, de manera ilícita o poco ética, tienen como objetivo obtener una posición ventajosa en el mercado. Dichas prácticas están diseñadas por un autor deshonesto para perjudicar intencionalmente a otros competidores y/o engañar a los consumidores.
Falsificación de productos: Consiste en la fabricación y venta de productos que imitan la apariencia y las características de productos genuinos de otras marcas, con la finalidad de aprovechar su reputación y engañar a los consumidores.
Difusión de información engañosa: Es la divulgación de información engañosa sobre productos, servicios o empresas con el fin de perjudicar la reputación de otros competidores.
Precios predatorios: Implica vender productos por debajo del costo real con el fin de eliminar a la competencia para luego aumentar los precios una vez que se ha logrado el control del mercado.
Infracción de derechos de propiedad intelectual: Se refiere al uso no autorizado de marcas registradas, patentes, derechos de autor u otros derechos de propiedad intelectual pertenecientes a terceros, con el propósito de beneficiarse ilegalmente a expensas de los legítimos titulares de esos derechos.
Desviación de clientela: Ocurre cuando un competidor intenta atraer a los clientes de otro competidor mediante el uso de métodos poco éticos.
Engaños mercadotécnicos: Involucra la utilización de tácticas engañosas en la promoción de productos o servicios, como el uso de testimonios falsos, afirmaciones exageradas o imágenes manipuladas, con el propósito de influir en las decisiones de compra de los consumidores.
Sabotaje empresarial: Son aquellas acciones deliberadas destinadas a dañar la reputación, operaciones o relaciones comerciales de un competidor, con el objetivo de debilitarlo en el mercado.
Espionaje industrial: Se trata de la obtención ilegal y no autorizada de información confidencial sobre los productos, procesos o estrategias comerciales de un competidor, con el propósito de utilizar esa información para beneficio propio o para perjudicar al competidor afectado.
Es destacable señalar que muchos países cuentan con leyes y regulaciones que prohíben y sancionan diversas formas de competencia desleal, como las mencionadas anteriormente.
Las leyes suelen definir qué se considera competencia desleal, y cubren una extensa variedad de acciones comerciales que se consideran ilegales o moralmente cuestionables. Esto significa que estas leyes no solo se centran en las prácticas obviamente ilegales, sino que también abordan comportamientos que podrían ser éticamente dudosos y que podrían distorsionar la competencia justa en el mercado.
Primero, para saber si una empresa está ejerciendo prácticas desleales, debemos echar un vistazo a las leyes de nuestro país. Estas leyes nos ofrecerán definiciones claras de lo que constituye competencia desleal y enumeran los actos específicos que están prohibidos.
No obstante, hay ciertas características que suelen indicar que un acto puede considerarse competencia desleal. Estas características incluyen la intención deliberada de:
Engañar: Consiste en inducir a error a los consumidores sobre la naturaleza, calidad o características de los productos o servicios ofrecidos. Por ejemplo, publicitar un producto con afirmaciones falsas sobre sus beneficios o características.
Difamar: Se refiere a difundir información falsa o perjudicial sobre la competencia con el objetivo de dañar su reputación o negocio. Por ejemplo, difundir rumores falsos sobre la calidad de los productos de un competidor.
Confundir: Esto ocurre cuando una empresa intenta crear confusión en la mente de los consumidores entre su marca y la de la competencia, aprovechándose de similitudes en nombres, logotipos o envases. Por ejemplo, usar un empaque similar al de un competidor para confundir a los consumidores y atraer su atención.
Imitar: Consiste en copiar o reproducir de manera indebida los productos, servicios, identidad visual o estrategias comerciales de la competencia para aprovecharse de su éxito sin realizar esfuerzos originales de innovación o desarrollo. Por ejemplo, copiar el diseño de un producto de la competencia y comercializarlo como propio sin permiso o atribución.
Practicar competencia desleal puede acarrear serias consecuencias para un negocio, tales como:
Demandas y multas
Pérdida de clientes
Restricciones comerciales impuestas por las autoridades, que incluye la posible prohibición de operar
Fuga de empleados
Reducción de ingresos
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