El turismo de compras, como su propio nombre lo indica, es el turismo incentivado por el deseo de obtener determinados bienes.
El turismo de compras es el viaje hacia un destino con el mero propósito de comprar productos o servicios.
Para considerarse como tal, el turista debe efectuar sus compras en un destino fuera de su lugar de residencia, siendo la adquisición de bienes su principal motivo de viaje.
El turismo de compras no incluye aquellos viajes que son realizados con el objeto de adquirir productos para revenderlos posteriormente, o que estén destinados a la producción de otros bienes (tratándose de materia prima o de bienes intermedios).
El viaje abarca a aquellas experiencias de compras acompañadas de disfrute y ocio, en donde se adquieren artículos deseados, o se contratan servicios para el agrado del turista. Al mismo tiempo, incluye las compras que serán traspasadas a modo de regalo hacia seres queridos.
En esta modalidad, los turistas deciden de antemano a qué destino viajar en función de lo que desean comprar.
Se trata de un concepto turístico relativamente nuevo, y uno de los segmentos con más crecimiento en la actualidad.
Se concibe como un gran propulsor de economías
No reemplaza la adquisición de servicios comunes de turismo (hospedaje, transporte, guía, alimentación), sino que es anexo a ellos.
Aunque la causa principal de un turista sea la compra de bienes, no implica necesariamente que sea su única actividad en el destino.
Bajo este contexto, los turistas van con la intención de comprar (sean objetos de uso personal, regalos o servicios). Además, al estar de vacaciones, los turistas están en un estado más abierto hacia las compras.
Por lo general, los viajeros de compras cuentan con más dinero que el consumidor promedio.
El turismo de compras se realiza con el pretexto de conseguir productos exclusivos, servicios únicos, o un determinado bien a un precio más bajo.
Por su naturaleza, el turismo de compras se plantea como un importante motor económico de ciudades y países: Fomenta el gasto de los turistas (traduciéndose en mayores beneficios para negocios y empresarios individuales), promueve la diversificación, genera un impacto positivo en el medioambiente y, en general, permite que la riqueza se reparta equitativamente en las zonas donde se desarrolla.
Algunos ejemplos de destinos que los turistas suelen elegir para ir de compras, son:
En Norteamérica:
En Europa:
En Asia:
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