El consumo es una de las actividades más habituales (y necesarias) en nuestra vida diaria. Ya sea que estemos comprando alimentos para nuestra familia, ropa para vestirnos o tecnología para nuestro trabajo, el consumo está presente en gran parte de nuestra cotidianidad.
Se entiende por consumo al acto de utilizar un producto o servicio con el fin de satisfacer una necesidad o deseo. Un ejemplo de consumo serían las acciones diarias de usar servicios básicos, como la electricidad, el agua potable, y el gas doméstico.
En el ámbito económico, el consumo hace referencia a la última fase de un proceso de producción, momento en el cual determinado producto o servicio brinda utilidad al consumidor.
Existen bienes que se agotan rápidamente al ser consumidos, tales como alimentos, medicamentos, y productos de higiene personal. Por otro lado, existen bienes durables, que pueden soportar un uso constante por un periodo de tiempo prolongado, tales como electrodomésticos, vehículos y dispositivos electrónicos.
Consumo sostenible: Es el consumo responsable que se hace pensando en el bienestar del medio ambiente. Ejemplo: Usar bombillos ahorradores.
Consumo compulsivo: Es aquel caracterizado por adquirir productos de forma descontrolada y sin un propósito válido. Tiende a llevar a problemas financieros y emocionales. Ejemplo: Comprar por impulso cosas que no se necesitan solo porque están en oferta.
Consumo sugestionado: Se trata de la compra que es influenciada por el marketing que gira alrededor de un producto. Ejemplo: La publicidad de artículos de belleza que promueve el ideal de una piel perfecta, induciendo al consumidor a creer que necesita ese producto para alcanzar esa perfección.
Consumo experimental: Es el consumo que se realiza por curiosidad o para experimentar nuevas cosas, sin tener necesidad real de esos bienes o servicios. Ejemplo: Probar un nuevo restaurante para ver qué tal es la comida.
Práctica social: El consumo está presente en nuestra forma de vida y en nuestra identidad social. Los productos que consumimos hablan, en parte, de quiénes somos y qué valoramos.
Necesidad básica: El consumo de bienes y servicios es esencial para nuestra supervivencia y bienestar, tanto físico como emocional. Hasta cierto punto, lo necesitamos para sentirnos realizados y plenos.
Fuerza económica: El consumo es, junto con la producción y distribución, unos de factores que forman parte una actividad económica.
Impacto ambiental: En sí mismo, el consumo tiene un impacto directo en nuestro medio ambiente. La producción de bienes y servicios implica la usabilidad de recursos naturales, la generación de desechos, y la emisión de contaminantes. Por esta razón, el consumo responsable es cada vez más relevante para la sociedad actual.
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