Guardarse un poco de dinero todos los meses no es tarea fácil y menos cuando no estamos acostumbrados a ello. Es un hábito con el que cuesta empezar e implementarlo en tu día a día pero que, a largo plazo, ves las ventajas de llevar a cabo esta práctica.
En el caso de España, muy poca gente ahorra y el dinero que guardan no es mucho. El año pasado, el número de ahorradores en el país disminuyo considerablemente hasta más de un 13%, quedándose en 22 millones, mientras que los otros 8 millones no ahorra nada. Los que sí admitieron no gastarse todo el dinero, al final ahorraban una media de 302 euros mensuales.
Muchas de las personas alegaban una falta de ingresos para poder realizar esta práctica. Pero lo cierto es que no es necesario hacer un esfuerzo muy grande para poder ahorrar, aunque sea algo de dinero que quizá en un futuro te saca de alguna que otra dificultad.
Estas son algunas de las cosas que puedes hacer para no malgastar tu dinero:
Parece algo obvio, pero para empezar a hacer algo primero tienes que estar seguro y concienciarte de que realmente quieres ahorrar un poco de tu dinero.
La tarjeta de débito o crédito es muy peligrosa porque no llevas realmente la cuenta de lo que llevas gastado. Lo mejor es que antes de salir de casa cojas el dinero que crees que te vas a gastar ese día y así sabes con qué dinero has salido de casa y con qué dinero vuelves. La perspectiva cambia considerablemente. Esto no quiere decir que no uses las tarjetas, simplemente que minimices su uso para gastos sencillos y, sobre todo, diarios.
Plantearte unos objetivos concretos puede ayudarte a ahorrar. Por ejemplo, ahorrar para hacer un viaje con tus amigos o en pareja, o empezar a guardar dinero para poder independizarte en unos años. Marcarte unas metas contribuye a que guardar dinero tenga un sentido por sí mismo y la satisfacción de conseguir tu objetivo siempre es mayor que el simple hecho de ahorrar por ahorrar.
Aquí podemos hacer referencia al segundo punto de ahorro. Llevar dinero en efectivo te puede ayudar a llevar un control de lo que llevas gastado, pero también a ponerle un límite. Al final eres más consciente de lo que estás consumiendo. Asimismo, es muy útil hacerte un pequeño presupuesto para varios días de la semana e ir variando conforme a tus necesidades.
Lo primero es hacer una lista de cosas que sueles comprar a menudo y que realmente no son necesarias. Por otro lado, los caprichos están muy bien, pero cuando se convierte en algo habitual deja de ser un simple antojo puntual. Asimismo, cuando hagas la compra es recomendable hacer comparaciones de precios de diferentes productos. Puede que comprando una marca diferente te ahorres algo de dinero y puedas guardarlo.
Algo muy básico, pero que muchas veces se nos olvida. Reducir en el consumo de agua, luz y gas es importante para, sobre todo en la factura, a final de mes. También puedes economizar haciéndote la comida en casa y llevártela al trabajo en vez de comer en restaurantes todos los días.
Siempre que puedas, a la hora de comprar lo que sea, aprovecha esos descuentos que muchas veces pueden alegrarnos el día. Por ejemplo, comprar ropa de invierno en rebajas y no la de nueva temporada para que te salga más económico.
Suscríbete a nuestro Magazine
Recibe Artículos, Conferencias
y Master Class
Finanzas
Finanzas
Finanzas
Comentarios