La psicoterapia humanista es un desarrollo posterior de la psicología humanista hacia una ciencia aplicada de lo intersubjetivo, con el objetivo de superar el sufrimiento psicológico explorando y transformando la experiencia del paciente en el contexto de sus relaciones.
La psicoterapia humanista
La psicoterapia humanista se centra en el crecimiento psicológico (en el sentido de desarrollo personal y diferenciación en contextos sociales), mediante la activación y el despliegue de recursos humanos específicos (potenciales) para una vida significativa, autorrealizada y auténtica.
Visión de la persona en la psicoterapia humanista
La psicoterapia humanista se basa en una visión de la humanidad orientada a los recursos, que está anclada en la filosofía humanista, especialmente en lo que respecta a la capacidad del paciente para el crecimiento creativo y el cambio constructivo.
En la psicoterapia humanista el ser humano se ve en su totalidad biopsicosocial. Ya lleva dentro de sí los recursos necesarios para la liberación del sufrimiento psicológico; pueden activarse mediante la configuración de la relación psicoterapéutica y a través de intervenciones psicoterapéuticas y aplicarse a los problemas de la vida que deben superarse. El ser humano es visto como un sujeto cuya experiencia puede ser comprendida introspectivamente o intersubjetivamente (autoempatía o empatía) en sus relaciones y condiciones biológicas, biográficas, sociales y ecológicas.
La persona es vista en su esfuerzo por la autorealización, el crecimiento, el desarrollo de los recursos, la autonomía y la autenticidad en sus relaciones sociales. La capacidad del hombre para la creatividad y la autoreflexión le permite desarrollar, diferenciar y dar forma a su personalidad y a la realidad de su vida a lo largo de su vida.
La psicoterapia humanista se centra en lo que es específicamente humano en una persona y, por lo tanto, en toda una dimensión que va más allá del animal, el impulso neuroquímico o el determinismo reflejo y también las huellas históricas de la vida pasada, en particular:
- La necesidad de significado, que sea intencional, es decir, orientado al futuro.
- La conciencia, la capacidad de introspección, así como, pensamiento reflexivo.
- La libertad existencial de elección de la voluntad humana, que implica la responsabilidad personal de las propias decisiones y sus consecuencias.
- La creatividad de los seres humanos para la configuración creativa de la vida y la cocreación de procesos sociales.
- Lo que significa como ser humano el amor de otra persona.
- El compromiso consciente y activo, a favor o en contra, la confrontación o la lucha por algo que no puede reducirse a la agresión en un sentido biológico.
La psicoterapia humanista reconoce que existe una variedad de realidades que se entienden subjetivamente como válidas y se perciben como verdaderas, de modo que el mundo puede ser experimentado e interpretado de muchas maneras diferentes. Y que hay una diversidad de visiones del mundo, sistemas de valores y creencias, actitudes y estilos de vida que pueden capacitar a las personas para vivir vidas satisfactorias y plenas. Por esta razón, el proceso de psicoterapia humanista está orientado a las características individuales del paciente y varía según ellas.
El proceso psicoterapéutico humanista
La psicoterapia humanista considera el proceso psicoterapéutico como una continua autoexploración de los sentimientos, el pensamiento, el deseo, el acto y, especialmente de las pautas de relación y actitud del paciente en el aquí y el ahora sobre el trasfondo de las referencias biográficas y las orientaciones futuras. Es fundamental una actitud de atención especialmente para los procesos, partes y capas que están en el límite o aún más allá de la conciencia, es decir, que son inconscientes, en un diálogo cooperativo del paciente con el psicoterapeuta (o en grupos de terapia con los otros participantes del grupo).
La psicoterapia humanista se ve a sí misma como:
- Experiencial, porque se basa en la experiencia directa.
- Experimental, porque el proceso psicoterapéutico es visto como el resultado de la creatividad cooperativa.
- Existencial, porque cuestiones como las preguntas sobre el significado, los valores y los objetivos son de importancia central en el proceso terapéutico.
La psicoterapia humanista hace hincapié en la importancia de la automotivación, el trabajo y la autoconfrontación del paciente, así como en la configuración constructiva de la relación psicoterapéutica para el progreso de la misma. La psicoterapia humanista entiende a la psicoterapia como un proceso cooperativo y emancipador en el que el paciente retiene la libertad de decidir por sí mismo los objetivos y las formas del proceso psicoterapéutico.
La psicoterapia humanista se entiende como un proceso intersubjetivo e interpersonal en el que la actitud empática, profesionalmente delimitada y posiblemente confrontacional del terapeuta, así como la relación terapeuta-paciente, que proporciona apoyo, estructura y espacio para la experimentación, son recursos fundamentales para el progreso psicoterapéutico constructivo.
Objetivos de la psicoterapia humanista
La relación psicoterapéutica y las técnicas e intervenciones en este campo:
- Sirven para diferenciar la autoconciencia del paciente, para identificar, desplegar y desarrollar sus recursos, así como para promover su capacidad de resistencia y crecimiento. La psicoterapia humanista sirve para promover la vitalidad, la creatividad del paciente, sus recursos y su capacidad de autorregulación, para dar forma, estructurar y separarse de los estados desregulados.
- Promueven la comprensión y la percepción, así como la ampliación de las opciones del paciente y la conciencia de la responsabilidad resultante para sí mismo o para otras personas, así como para su entorno social y ecológico. Sirve para integrar las partes separadas, para estabilizar y armonizar la estructura psicológica y para liberar los bloqueos e inhibiciones encarnados.
- Tiene el propósito de ayudar al paciente a crear un camino de vida pleno, además de significativo y a cambio sentir, definir, proteger, expandir su identidad, sus límites y su soberanía en sus vínculos sociales. El psicoterapeuta humanista apoya al paciente en la reflexión y en el alineamiento de la perspectiva de su vida con valores significativos y en su búsqueda de un significado personal, que pueda dar a su vida un carácter centrado, claro, con dirección y fundamento.
Conoce nuestra Maestría en Gestión de Instituciones Educativas