La escala de una representación cartográfica, o escala del mapa (m), es la relación de semejanza entre las dimensiones reales del espacio geográfico representado y las de su imagen sobre el mapa. De forma general, se define también como la relación de las longitudes de un elemento lineal en el plano y su representado en la superficie de referencia terrestre.
Para representar la fracción de proporción entre ambos elementos, la cartografía propone presentarla de una forma clara que permita su empleo rápido y sin inducción a errores.
Por esta razón, se utiliza la unidad como numerador de esta fracción y números de fácil manejo, por lo general, múltiplos de 1000, como denominadores, que reciben el nombre de característica de escala (E).
La relación de proporcionalidad solamente se mantiene en las líneas automecoicas, ya que el resto de puntos habrá sufrido la deformación lineal propia de la proyección en la dirección correspondiente. La escala (m) vendrá corregida por un factor de escala, cuyo valor corresponde a la deformación lineal en dicha dirección.
Por tanto, hay que recordar que la escala no se mantiene en todo el mapa, solo en las proximidades de las líneas automecoicas. Sin embargo, el valor del módulo de deformación lineal (k0) en la dirección o, suele diferir poco de la unidad. Por ejemplo, en la proyección UTM oscila entre 0.9996 y 1.00098.
Clasificación de las escalas
Romero (2010) hace una síntesis de la clasificación de las escalas según Martín (1999) atendiendo a los grupos que se presentan a continuación, cuyos intervalos deben considerarse aproximados:
- Grandes escalas: Entre 1:50 y 1:10000. Se emplean en los planos topográficos de parcelas y poblaciones de pequeño tamaño, así como en proyectos de ingeniería y arquitectura y mapas de términos municipales. Estos planos adquieren el carácter de mapa si incluyen una cuadrícula de referencia correspondiente a una proyección determinada. Son representaciones que no consideran la curvatura terrestre.
- Escalas medias: Entre 1:10000 y 1:100000. Comprenden los mapas topográficos nacionales de la mayoría de los países. Las escalas menores se emplean en los mapas detallados de zonas de interés dentro de esas series nacionales. Las proyecciones más frecuentes son UTM, Transversa de Mercator y Cónica conforme de Lambert. En las zonas polares suele utilizarse la proyección estereográfica polar.
- Pequeñas escalas: Entre 1:200000 y 1:1000000. Son las que tradicionalmente se utilizan en España para la formación de mapas provinciales, de Comunidades Autónomas o nacionales, que, generalmente, son obtenidos por síntesis de mapas de escalas superiores, es por este motivo que también se los conoce como mapas derivados. En escalas 1:250000 y superiores suelen emplearse las proyecciones UTM y Transversa de Mercator. Para el resto resulta más apropiada la proyección cónica conforme de Lambert. Como en el grupo anterior, la proyección estereográfica polar completa las zonas polares.
- Escalas muy pequeñas: Inferiores a 1:1000000. Aparecen asimismo en mapas derivados, entre los que sobresalen los mapamundis y los planisferios (proyección de Mercator, Goode, Van der Grinten y Robinson, entre otras), los mapas internacionales (proyección ccónica conforme de Lambert y estereográfica polar para las zonas polares) y los atlas geográficos.
Para evitar los problemas de cambio de escala que plantean las ampliaciones y reducciones de los mapas y para realizar medidas directas sobre los mimos, se suele representar la escala del mapa mediante la escala gráfica, que es un segmento dividido en unidades de medida del terreno real. A la izquierda del origen del segmento se dibuja un talón que está subdividido en décimas partes de la unidad de medida del terreno.