“Proporcionar una imagen positiva servirá como apoyo favorable para el mensaje que queremos transmitir.”
No es ninguna novedad decir que el aspecto físico de una persona la determina y la condiciona en el entorno en que vive. Es más, las personas que resultan atractivas (no necesariamente por el aspecto físico), ejercen más influencia en todos los ámbitos de la sociedad.
Son muchos como veremos, los aspectos que van a conformar nuestra imagen. Se trata de nuestra carta de presentación al exterior, y no debemos olvidar, independientemente de lo que nivel personal pueda parecernos, que una buena apariencia puede abrirnos muchas puertas de cara al aspecto laboral y social entre otros.
Tal y como se plantea actualmente, la imagen en muchas ocasiones es una gran herramienta de marketing que contribuye a una valoración particular positiva (o negativa) de un individuo tanto a nivel personal como profesional.
Valorar nuestra imagen y cuidar de ella, nos ayudará a crear una predisposición favorable para vender así su contenido de la forma que más nos convenga. Partiendo de esta base, lo primero que debemos preguntarnos es: ¿Qué elementos conforman la imagen personal? La lista es extensa y sin duda variada.
A continuación, pasamos a enumerar algunos de los aspectos que configuran la imagen de una persona:
Evidentemente las personas no podemos controlar el aspecto ni los rasgos con los que nacemos, pero sí podemos potenciar los que consideramos puntos fuertes, y cuidarnos y trabajar sobre los que consideramos puntos débiles.
La imagen personal es sin duda un elemento fundamental como hemos comentado de cara a la creación de imagen hacia el exterior y para facilitarnos esta tarea tan relevante, la asesoría de imagen es una de las profesiones que está más en boga actualmente.
Para el adecuado desempeño de este trabajo, el asesor debe conocer:
Hoy en día, las prendas de ropa se escogen no sólo por cuestión de necesidad; es más, se sobrepasan los factores sociales o económicos por la influencia de la estética.
Tenemos que recordar que el buen gusto y la elegancia son independientes a las posibilidades económicas de cada uno, podemos encontrar a personas muy elegantes que se visten con poco presupuesto, prendas sencillas y baratas; y, por el contrario, a quienes se gastan mucho dinero y no combinan las prendas de forma favorecedora para su imagen.
A continuación, indicamos algunas consideraciones prácticas y de interés:
Reglas de uso de las prendas. Los colores y las telas
La combinación de las prendas es la base para construir una imagen adecuada. Se basa en la correcta mezcla del color, la tela, la propia moda y obviamente, del gusto de quién la lleva.
Con respecto a la utilización de los colores básicos:
Algunas claves para poder realizar mezclas con estampados:
A continuación, compartiremos el uso de algunas de las prendas y su etiqueta.
El traje es el nombre que se le da a un vestido completo, (independientemente del corte que tenga, del tejido o del sexo al que pertenezca).
En el traje femenino, la prenda más característica es la falda; la longitud más adecuada oscila desde la cintura hasta la rodilla (bien puede ser, justo por encima o por debajo de la misma) y con respecto al ancho suele ser más bien recta envolviendo caderas y muslos.
El traje masculino por lo general ha experimentado cambios poco significativos tanto en la forma como los materiales. El traje se lleva con camisa, y tanto con el propio traje como con la corbata si es que se lleva, deberán ir conjuntados con la misma.
Hoy en día, la chaqueta es una prenda de uso común tanto en hombres como en mujeres que, aunque como ya hemos comentado forma parte de la combinación del traje, cada día se utiliza más combinada con otras prendas secundarias como pueden ser pantalones vaqueros, pantalones cortos, etc.
La falda es la prenda más representativa del sexo femenino. Con respecto a los conjuntos femeninos más serios. La versión de la falda que les corresponde son: faldas a media altura (por la rodilla) para los trajes de chaqueta, y falda larga para los vestidos de gala.
La camisa es una de las prendas que más se utiliza tanto en el vestuario formal como informal (igual para hombres que para mujeres). Se trata de una prenda que admite muchas combinaciones y que se puede acompañar de multitud de complementos.
Las corbatas (una de las prendas más formales dentro de la indumentaria masculina) de calidad se confeccionan en seda y van cortadas a bies, lo que permite que se anuden bien y no se tuerzan. Llevar la corbata con el nudo perfecto es cuestión de imagen para quién la lleva.
Un buen abrigo es aquel que abriga y que pesa poco. Como el resto de prendas, el abrigo se adapta a cada temporada gracias a las tendencias de la moda, con lo cual, varían el número de bolsillos, las telas (lana en cualquiera de sus versiones, franela etc.) e incluso los colores.
Los complementos expresan el buen gusto y preferencias estéticas de quien lo lleva. Hablamos de:
La etiqueta femenina corresponde con la del hombre en que cuando se indica en una invitación “corbata blanca” (frac), la mujer deberá llevar un “traje de noche” o vestido largo.
El atuendo de etiqueta de la mujer se basa en el uso de vestidos de corte clásico con tejidos enriquecidos, que pueden cubrirse con pedrerías y encajes dependiendo del diseño y la moda. Son de longitud hasta los pies y con diferentes tipos de escote. Se luce en actos de noche.
“No hay una segunda oportunidad para crear una buena impresión.” Regis McKenna
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