La evaluación de 360 grados es una herramienta de retroalimentación que se ha vuelto popular en el mundo laboral. Proporciona una visión completa del desempeño de un empleado a través de la opinión de diversas figuras del lugar de trabajo.
¿En qué consiste la evaluación de 360 grados?
La evaluación de 360 grados es un proceso de recopilación de información sobre el rendimiento de una persona en su entorno laboral, donde se obtienen perspectivas de múltiples fuentes, como superiores, compañeros, subordinados y clientes.
Esta herramienta sirve para que el evaluado pueda obtener una visión integral sobre su rendimiento, comprendiendo sus fortalezas e identificando sus debilidades.
La evaluación de 360 grados se llama así debido a que busca obtener una idea panorámica de la persona que está siendo evaluada. Esto es, en lugar de recibir feedback únicamente desde un ángulo, como en una evaluación tradicional de supervisor a empleado, la evaluación de 360 grados involucra a múltiples partes interesadas (gerentes, directores, colegas, clientes de la empresa, obreros, secretarios, etc.).
Por otro lado, hay que tener en cuenta que, como sucede con otras evaluaciones, las personas que participan en esta evaluación proporcionan sus opiniones de forma anónima. Esto significa que quienes evalúan no revelan su identidad al sujeto en evaluación. Esta característica de anonimato se considera importante para fomentar la honestidad y la objetividad en las evaluaciones, ya que las personas pueden expresar sus opiniones de manera franca, sin temor a represalias o a afectar sus relaciones laborales.
El anonimato permite que estas personas se sientan más cómodas al proporcionar comentarios sinceros, contribuyendo así a una evaluación más precisa del desempeño del individuo que está siendo evaluado. Asimismo, este enfoque ayuda a evitar posibles influencias personales durante el proceso
Características de la evaluación de 360 grados
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Es confidencial, dado que los evaluadores proporcionan sus opiniones de forma anónima.
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Es integral, puesto que se evalúan las habilidades técnicas, las competencias interpersonales, y el comportamiento en el lugar de trabajo.
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Es multidireccional, porque ofrece una visión completa al obtener perspectivas desde todas las direcciones.
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Es personalizado, dado que las preguntas y los criterios de evaluación se adaptan a las necesidades concretas de la organización y el individuo evaluado.
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Es para el crecimiento, puesto que se utiliza principalmente para el desarrollo profesional de los individuos, más que para fines de evaluación punitiva.
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Es autoevaluado, ya que la persona evaluada también proporciona información sobre sí misma. De esta forma, se permite que la persona que está siendo evaluada reflexione sobre su propio desempeño y competencias desde su perspectiva.
Desventajas de la evaluación de 360 grados
Aunque útil, esta evaluación presenta ciertas desventajas a tener en cuenta:
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Algunos empleados pueden sentirse incómodos al recibir retroalimentación de múltiples fuentes, especialmente si creen que los comentarios podrían tener consecuencias negativas para su carrera.
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A pesar de que se promete confidencialidad, algunos participantes pueden tener preocupaciones sobre la privacidad de sus comentarios.
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Dependiendo de quiénes participen en la evaluación, podría haber prejuicios o favoritismos que afecten la precisión de los resultados.
Elementos participantes en una evaluación de 360 grados
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El empleado evalúa su propio rendimiento, teniendo la posibilidad de reflexionar sobre sus propias fortalezas y puntos de mejora.
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Los jefes directos del empleado proporcionan retroalimentación sobre cómo este cumple con sus responsabilidades.
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Los colegas que colaboran con el empleado ofrecen su perspectiva sobre cómo se relaciona, comunica y contribuye al equipo.
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En el caso de que el empleado tenga personas a su cargo, estos empleados brindan retroalimentación sobre su liderazgo y gestión.
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Los clientes con los que el empleado interactúa (en caso de) pueden expresar su opinión sobre la calidad del servicio o atención que han recibido.
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Dependiendo del contexto, otras partes interesadas, como proveedores o socios comerciales, también pueden participar en la evaluación.
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Una vez que se han recopilado todas las evaluaciones, se lleva a cabo un análisis para identificar patrones, puntos fuertes y áreas de mejora.
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Con base en los resultados, se proporciona retroalimentación al empleado para que pueda establecer metas de desarrollo profesional y mejorar su rendimiento.