Para la toma de decisiones se sugiere poner en práctica el pensamiento 360 grados. Ya que los pensamientos inciden en las emociones, luego estas influyen en las decisiones y las decisiones afectan a las acciones. Así cada eslabón de esta cadena puede ser afinado de manera óptima.
El pensamiento de 360 grados consiste en tres componentes esenciales, que son al mismo tiempo métodos. Se pueden utilizar para un análisis eficaz de la situación, tras lo cual es más fácil tomar una mejor decisión.
Estos son los componentes:
- Una mirada al pasado.
- Previsión.
- Visión.
Aplicando los tres métodos de pensamiento, se mira la vida en una perspectiva de 360 grados. Es decir, trabajan mejor juntos.
Una mirada al pasado
Mirar al pasado (también conocido como análisis retrospectivo) esto ayudará a evaluar críticamente el pasado. Permite comprender de manera integral la situación que ya ha ocurrido para mejorar las decisiones futuras.
Este pensamiento es útil porque ayuda a aprender de los errores, problemas, fracasos y éxitos del pasado. Como resultado de esta experiencia de aprendizaje, se puede ajustar el curso de acción para avanzar mucho más rápido.
Este es un momento muy apropiado para hacer una autoreflexión. Tomar tiempo para analizar las decisiones que se han tomado con anterioridad. Las siguientes preguntas pueden ser de apoyo:
- ¿Qué se ha hecho en el pasado?
- ¿Qué decisiones se han tomado?
- ¿A qué problemas se enfrentó?
- ¿Cómo se manejaron esos problemas?
- ¿Cómo se lidió con las emociones negativas que surgieron cuando se enfrentó al problema?
- ¿Cómo se siente al respecto?
- ¿Desde qué otra perspectiva puedo se pueden ver los problemas del pasado?
- ¿Qué se puede aprender de la experiencia pasada?
- ¿Qué se pudo haber hecho de forma diferente?
- ¿Qué se tiene que mejorar para enfrentar más eficazmente este problema la próxima vez?
Es necesario tener en cuenta que no se trata de un simple desplazamiento de los pensamientos negativos (como suele hacerse), sino de una autorreflexión. Se hacen preguntas, y a través de las respuestas se puede descubrir lo que se debe mejorar la próxima vez. Siendo más consciente de las decisiones que se toman y en qué condiciones se hacen.
La intención es que los problemas y las decisiones se tomen de forma más consciente y no en modo automático. También se debe tener en cuenta que cada situación es única, por lo que es recomendable no usar el pasado para tomar decisiones en el futuro. Lo que funciona hoy puede no funcionar mañana. Pero el proceso de autorreflexión en sí mismo es muy útil, porque hace pensar en el propio pensamiento, acciones y decisiones.
Previsión
La previsión es la capacidad de predecir acontecimientos, cambios, tendencias y consecuencias futuras de las acciones de uno. Además, es la capacidad de explorar escenarios alternativos que potencialmente se podrían desarrollar.
Esta forma de pensar es útil porque ayuda a ver y predecir lo que puede estar por venir. Así se podrán identificar mejor las oportunidades y cometer menos errores al tomar decisiones.
La previsión funciona bien en conjunto con la mirada hacia atrás en el tiempo. Así que se puede usar el pasado como un indicador para predecir el futuro y por lo tanto tomar decisiones más efectivas.
Para desarrollar la previsión, se debe aprender a abordar con éxito las posibles amenazas e identificar las necesidades con antelación. Se trata de planificar y reunir los recursos necesarios de ayuda en el futuro.
Para ello las siguientes preguntas, pueden ser de apoyo:
- ¿Cómo afectará esta decisión en el futuro?
- ¿Cómo impactará esta decisión en decisiones futuras?
- ¿Cuáles son las consecuencias de esta decisión?
- ¿Qué oportunidades se obtendrán después de que se tome esta decisión?
- ¿Qué problemas podrían surgir?
- ¿Y si las cosas salen mal? ¿Cómo podría reaccionar?
- ¿Cuál es el plan B y C?
- ¿Qué pasaría si...?
La previsión no es una ciencia exacta. Más bien, es un juego en el que se intenta tomar la mejor decisión basándose en una combinación de lecciones aprendidas del pasado e ideas del presente.
Tomando en cuenta estos dos factores, se pueden generar posibles escenarios futuros que ayudarán a tomar mejores decisiones.
Visión
El discernimiento es la capacidad de distinguir la verdadera naturaleza de una situación. Es la habilidad de comprender la propia situación, así como la relación causa y efecto. En otras palabras, se trata de obtener una comprensión aproximada de las personas, los acontecimientos y las circunstancias de vida.
El discernimiento es a menudo un catalizador para la creatividad, la innovación y la inspiración. Es como si se hubiera salido de la niebla y ahora finalmente se ven las cosas de una manera completamente nueva que se abre un mundo de nuevas posibilidades.
Sin embargo, cabe decir que las ideas que vienen a la mente no son más que una interpretación de la realidad, basada en experiencias pasadas, así como en percepciones y expectativas del futuro. En resumen, la verdadera percepción viene sólo cuando se dominan las otras dos formas de pensar.
Los mejores empresarios y políticos del mundo poseen esta habilidad. Para dominarla, se debe leer mucho, conocerse a sí mismo, entender a las personas y ser curioso. Pero ni siquiera esto es suficiente. Se tienen que aprender a entender los patrones del propio pensamiento, deshacerse de las distorsiones cognitivas, estar en un estado consciente y ver la esencia de las cosas. En cierto sentido, se trata de la intuición.
Empezando por ser más observador de lo que pasa alrededor y dentro de sí mismo. Observar el mundo que se encuentra en el entorno y hacer preguntas profundas sobre sí mismo, sobre los demás y sobre las circunstancias en las que uno se pueda encontrar. Por ejemplo:
- ¿Por qué se hace lo que hace? ¿Qué importancia tiene para sí?
- ¿Qué quieren los demás? ¿Por qué les importa?
- ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué está sucediendo? ¿Qué significa?
- ¿Cuál es el problema? ¿Cómo se convirtió esto en un problema? ¿Por qué sigue siendo un problema?
- ¿Por qué las circunstancias son así y no otras?
- ¿Cómo sucedió y por qué importa?
- ¿Qué importancia tiene saber sobre ello? ¿Cómo cambia este conocimiento el punto de vista personal?
- ¿Cuál es la otra forma de ver la situación? ¿Por qué es importante?
- ¿Por qué sucedió? ¿Qué llevó a esto? ¿Qué había antes de eso? ¿Hay alguna conexión?
- ¿Cómo se relacionan estos eventos? ¿Por qué están conectados de tal modo?
- ¿Cómo se hizo? ¿Quién lo hizo? ¿Podría haber sido diferente?
Si se empieza a hacer estas y otras preguntas similares, uno se vuelve muy atento y observador.
Hay situaciones en las que la solución se encuentra en la superficie, sólo se necesita extender la mano. Otras son complejas y consisten en muchos factores. Para tomar la mejor decisión, se necesita usar un pensamiento de 360 grados, mirando el problema desde todos los lados. No se obtendrá inmediatamente, pero ciertos resultados serán visibles después del primer uso de esta técnica.
Conoce nuestro MBA - Máster en Dirección y Administración de Empresas