By Blog de CEUPE on Jueves, 29 Noviembre 2018
Category: PSICOLOGÍA

Técnicas plásticas en el aula: dibujo y pintura

La capacidad de crear formas y líneas en el espacio, y que además se parezcan a objetos reales es una competencia simbólica que solo poseen los humanos. Aunque las artes se consideran con frecuencia asociadas al sentimiento o a la inspiración, en realidad el arte implica un aplico conjunto de aptitudes y de destrezas cognitivas simbólicas.

En las últimas décadas, H. Gardner ha investigado mucho en este ámbito. Desde el niño de un año que hace rayas pero que se siente más interesado por sostener el lápiz y moverlo que por el resultado hasta llegar a los dos años, donde el niño comienza a considerar el lápiz como una herramienta para expresar el movimiento físico en las rayas.

Entre los dos y los cuatro años, las rayas van dando paso a las emociones. Entre los tres y cuatro años los niños entran en la etapa presimbólica. Son capaces de crear representaciones reconocibles de objetos de su entorno, de si mimos, de pintar a sus padres. Los objetos solo se entienden en la medida en que este se relaciona con ellos, y, por tanto, puede variar de tamaño y quedar de manera particular en la hoja. Ya se pueden empezar a distinguir diferencias individuales, y se distinguen porque a unos niños les interesan más las pautas y configuraciones mientras que a otros le gusta más contar historias. En general, a los niños de cuatro años les interesa más explorar las cualidades especiales de la línea, la forma y el color que las acciones motrices que les preocupaban a los dos o tres años. El artista mayor verá el mundo con ojos de experto, sensibles a los matices, al color, a la textura o la composición.

Existen unas categorías que comienzan con dos o tres actividades, con técnica seca y ordenada, en las que se utilizan pocos líquidos, para pasar a actividades más húmedas y desordenadas en las que sí que se usan líquidos. Esta sucesión también puede adaptarse con facilidad a los alumnos, a sus intereses y a sus necesidades.

Por tanto, la correspondencia de las diferentes categorías utilizadas (I, II, III, IV, V, VI, VII) son:

  1. Ofrecer posibilidad de explorar propiedades de los diferentes materiales para pintar, dibujar, modelar.
  2. Enseñar técnicas que implican habilidades motrices.
  3. Enseñar los elementos del lenguaje plástico-visual.
  4. Construir un ambiente estético.
  5. Interacción entre adulto y niño y entre niño y niño.
  6. Compartir emociones frente a experiencias estéticas.
  7. Enseñar los lenguajes artístico-expresivos.

Los estudiantes, más que adaptarse a un currículum estructurado, necesitan experimentar con materiales artísticos, a su aire y a su ritmo. Este tipo de juego libre artístico les da la oportunidad de expresarse a sí mismos, en un sentido de multidiversidad más allá de los efectos que puedan lograrse o no, más allá de los medios, está la oportunidad de desarrollarse y capacitarse para tener experiencias y destrezas necesarias para manipular con facilidad los materiales y las herramientas de expresión artística.

Los materiales pueden estar en una zona del aula, y crear un centro de expresión artística, después de que se les haya explicado brevemente algunas técnicas básicas, cómo enjuagar, qué es un pincel, cómo mezclar colores, cómo no ensuciar otros colores, cómo unir dos piezas de arcilla y rasparlas... Cuando los estudiantes dominan estas técnicas básicas, están mejor preparados para ir explorando en materiales.

Es importante ofrecerles la máxima variedad posible de materiales, ayudándoles a descubrir las diferencias entre trabajar con una técnica u otra, en una superficie u otra, entre trabajar con los dedos o con pincel..., pues les estimula ciertas áreas del cerebro y los músculos de la imaginación. No se trata de hacer líneas o formas, sino de relajar la tensión emocional que el arte provoca.

También se les puede enseñar a utilizar materiales conocidos, pero con materiales nuevos, por ejemplo, usar la cola para enganchar y crear un cuadro. Echar arena, polvo o sal sobre un cuadro, atreverse a trasgredir las normas.

Es importante facilitar materiales que puedan trabajar tanto en dos como en tres dimensiones. H. Gardner propone el trabajo artístico durante todo el año, y luego durante el curso ir revisándolo periódicamente con la finalidad de que tanto el alumno como el maestro observen el progreso artístico de la obra, a través del tiempo independientemente de las preferencias, materiales o medios. También se pueden construir portafolios concretos sobre un tema: el Renacimiento, el arte contemporáneo, la prehistoria, etc.

Si es posible, es conveniente invitar al aula a expertos en diferentes artes pictóricos. También se pueden ir a ver exposiciones y cuestionarse cómo empezaron estos artistas, cómo son sus obras o cómo fue su infancia (la historia personal ayuda mucho a comprender la obra). A veces es tan importante o más que el propio producto.

También se puede proponer a los estudiantes que traigan los materiales que tengan a mano para las actividades, artísticas, como pinceles, papeles de distintas texturas y colores y objetos reciclados.

Se les puede sugerir si les apetece crear una carpeta de capacitación en arte, que contendría dos líneas clave:

  1. Artes visuales, percepción de la obra:
    1. Siendo conscientes de los elementos visuales del ambiente y de las obras de arte.
    2. Siendo sensible a los diferentes estilos.
  2. Artes visuales, producción de la obra:
    1. Representación: ser capaces de crear el mundo visual tanto en dos como en tres dimensiones.
    2. Crear símbolos reconocibles.
    3. Utilizar proporciones realistas, características y colores.
    4. Ser capaz de utilizar diferentes elementos en el arte: línea, color, forma, para producir determinados efectos, emociones, etc.
    5. Transmitir estados de ánimo de una obra, y crear una obra que lo exprese.
    6. Manifestar interés por la decoración y el arreglo del espacio.
    7. Producir dibujos de color, equilibrados y ritmos.
    8. Explorar de modo flexible e inventiva.
    9. Utilizar líneas y contornos para generar formas muy diversas: abiertas, cerradas, controladas.
    10. Ser capaz de realizar conjunto de materiales o temas.


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