By Blog de CEUPE on Viernes, 09 Marzo 2018
Category: RRHH

La teoría de los recursos y capacidades en la Dirección Estratégica

“El tipo de entorno influye decisivamente en la formación de la estrategia empresarial, de forma que la importancia del proceso estratégico estará en función del contexto en el que éste tenga lugar.”

La estrategia tiene mucho que ver con el ajuste de los recursos y capacidades de una empresa a las oportunidades que surgen en su entorno. La mayoría de las teorías dominantes en la literatura sobre estrategia de los años 80 (lideradas por M.Porter) ponen su énfasis en el análisis de lo externo (entorno), sobre todo el entorno sectorial de la empresa y su posición competitiva en relación a sus rivales. Muchas consultoras de prestigio introdujeron herramientas de análisis basadas en la posición competitiva que una empresa tenía respecto del sector.

El análisis estratégico del ámbito interno de la empresa ha permanecido hasta hace poco tiempo muy poco desarrollado, sólo estando relacionado con los aspectos de implementación estratégica (cultura de empresa, estructura organizativa, gestión de personas o procesos de negocio) pero no con los de posicionamiento. La mayoría de los expertos indicaban, de acuerdo con M. Porter, que hay dos determinantes básicos de la rentabilidad de una empresa:

Las empresas de un sector o grupo estratégico son idénticas desde el punto de vista de los recursos estratégicamente relevantes que poseen y las estrategias que persiguen, y, por otro lado, los recursos que las empresas utilizan para implantar sus estrategias se caracterizan por poseer una alta movilidad. Así que, existirán industrias buenas (donde los competidores disfrutan de excelentes rentabilidades) e industrias malas (donde hay elevada intensidad competitiva, bajos márgenes y escasas o nulas rentabilidades).

Tras analizar diferentes sectores de actividad a lo largo de diferentes periodos de tiempo, se ha constatado que el modelo de análisis sectorial comentado anteriormente, no puede explicar la diferencia significativa en rentabilidad entre empresas de un mismo sector y, por ello, aparece una nueva teoría, basada en la existencia de los recursos y capacidades de la empresa como factor determinante que permite explicar las diferencias.

La conceptualización de la empresa como demandante de recursos productivos constituye el fundamento de la teoría de los recursos y capacidades, que se basa en que la posición competitiva de la empresa depende de la especialización de sus recursos, activos y habilidades, centrando su atención en la óptima utilización de aquellos para desarrollar ventajas competitivas sostenibles en el tiempo.

Por lo tanto, las empresas de un sector o de un mismo grupo estratégico pueden ser heterogénea con respecto a sus recursos estratégicos y tales recursos son perfectamente móviles entre las empresas.

Los recursos que son entendidos como los inputs del sistema productivo y la unidad básica de análisis a nivel interno de la empresa; y las capacidades como la destreza y/o habilidad que tienen las empresas para alcanzar una combinación óptima con los niveles de eficacia y eficiencia deseados, siendo, por tanto, esto último, intangible.

La teoría de los recursos y capacidades de la empresa surge en el seno de la dirección estratégica bajo la premisa fundamental de la existencia de heterogeneidad entre las empresas en lo que a dotación de recursos y capacidades se refiere. Una heterogeneidad que explica las diferencias de resultados entre ellas.

La empresa se considera como un conjunto único de recursos y capacidades heterogéneas, las cuales se han obtenido a través de su historia, de su funcionamiento y de las decisiones que se han adoptado a lo largo de su vida.

La premisa de partida de la teoría de los recursos y capacidades es que la rentabilidad de la empresa depende de ambos y éstos no son ilimitados, siendo la principal diferencia entre las empresas el que tengan distintos recursos, a pesar de actuar en un mismo ámbito, o que los usen de modo diferente.

Los recursos se pueden definir como aquellos inputs del proceso productivo o factores disponibles de la empresa, que son de su propiedad o recaen bajo su control. El concepto engloba elementos empresariales como los activos financieros, el personal o las diferentes marcas comerciales. En este sentido, un recurso de la empresa puede ser desde la materia prima que es utilizada hasta el personal que trabaja en la misma. Se dividen en dos grupos:

  1. Los recursos considerados de forma individual: materias primas, el stock...etc.
  2. Las relaciones existentes entre los diferentes recursos.

La capacidad es la forma de utilizar estos recursos de una forma eficiente. Serían las habilidades en el modo de organizarlos para poder desarrollar una determinada tarea, una combinación dinámica de recursos y de conductas coordinados para la realización eficaz de una determinada actividad. Supone una gestión dinámica de los recursos, lo más próxima posible al tiempo real, y también el incorporar herramientas de simulación.

Los diferentes recursos de una empresa se pueden agrupar en:

  1. Tangibles: Son fáciles de identificar, incluyen los activos físicos y financieros que crean valor para el cliente
  2. Intangibles: Son difíciles de contabilizar o imitar, suelen estar dentro de los procesos de negocio y se han desarrollado a lo largo del tiempo. Algunos de los más relevantes serían:
    1. Creatividad y capacidad de innovación:
      1. Habilidades tecnológicas
      2. Capacidad de nuevos desarrollos
      3. Capital Humano
  1. Reputación:
    1. Imagen de marca
    2. Cartera de Clientes
  2. Capacidades: Son las Competencias o habilidades que una empresa utiliza para transformar sus suministros, activos y recursos en productos o servicios. Lo ideal es tener la capacidad de combinar recursos tangibles e intangibles para obtener los objetivos estratégicos, a través de:
    1. Excelente Servicio Postventa
    2. Innovación en Productos y Servicios
    3. Habilidad para reclutar, motivar y retener el talento

Las capacidades son la forma en que la empresa despliega esos recursos, por lo que se suele asociar a la idea de “flujo”. Una sobrevaloración o infravaloración de las capacidades puede repercutir directamente en una estrategia equivocada, por lo que el análisis de las mismas es muy importante. La organización podría estudiarse como una gran red de rutinas. Existen 4 rasgos de capacidades:

  1. Relación con los recursos: Capacidades y recursos están estrechamente ligados. Una empresa difícilmente podrá desempeñar un papel importante con unos recursos escasos, y viceversa.
  2. Relación entre eficiencia y flexibilidad: Las rutinas organizativas implican un patrón de conducta, por lo que es complicado para las organizaciones plantear respuestas coordinadas para problemas que se presentan con poca frecuencia. Por lo tanto, es necesario que haya una estrecha relación entre flexibilidad de los hábitos de la organización como eficiencia en el desarrollo de los mismos.
  3. Economías de experiencia: Las capacidades de la organización son desarrolladas a través de la experiencia, lo que permite perfeccionarlas a lo largo del tiempo. Esta es una de las ventajas de las empresas ya establecidas en un mercado frente a otras emergentes.
  4. Complejidad de las capacidades: Algunas capacidades necesitan una combinación de interacciones de capacidades, o de determinados recursos.

Las capacidades que permiten a la organización obtener ventajas competitivas son las llamadas capacidades estratégicas. Así pues, existe una estrecha interdependencia entre los recursos y las capacidades en el sentido de que las segundas descansan sobre los primeros, a la vez, que aquellas contribuyen a aumentar el stock de recursos.

Un análisis común de los recursos y capacidades de una empresa, supone el que habrá que evaluar, en un sentido amplio:

También habría que estudiar:

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