Licencias de importación
Las licencias de importación, son un tipo de barrera no arancelaria pertenecientes a las políticas comerciales, son autorizaciones o permisos especiales otorgados como condición previa para importar un producto. Son un instrumento regulador del flujo y la cantidad de importaciones. Son expedidas por organismos oficiales del país importados.
En el Acuerdo sobre Procedimientos para el Trámite de Licencias de importación de la OMC, establece que estos sistemas deben ser sencillos, transparentes y previsibles. Los países deben notificar a este organismo el establecimiento de nuevos procedimientos para el trámite de licencias de importación o modificaciones a las ya existentes.
Para el caso de Colombia, la importación de algunos productos agropecuarios está sujeta a la expedición de un Visto Bueno del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, condicionado al cumplimiento de los convenios de absorción de productos nacionales como: carne de ave, trigo maíz, arroz, sorgo, hortalizas, productos lácteos, harina de maíz, almidones y féculas, aceite de soja, aceites y grasas animales y vegetales. Se exceptúan de este requisito los productos originarios de países miembros del Pacto Andino y Chile.
Normas de origen
Las normas de origen tienen como objetivo establecer los criterios para determinar el origen de una mercancía. La OMC exige a los países miembros la seguridad de que sus normas de origen sean transparentes, que no tengan efectos de restricción, distorsión o perturbación del comercio internacional.
En los Tratados de Libre Comercio cobran especial importancia, ya que el origen de los productos tiene efecto directo sobre el tipo de arancel aplicable, acuerdos preferenciales disponibles y otras normativas que aplican en función del origen nacional de las mercancías.
En el artículo 14 del Código aduanero, para determinar el origen de una mercancía en donde han intervenido varios países: “será originaria del país en el que se haya producido la última transformación o elaboración sustancial, económicamente justificada, efectuada en una empresa equipada a este efecto y que haya conducido a la fabricación de un producto nuevo.”
Medidas de normalización
Las medidas de normalización comprenden tres elementos: las normas, los reglamentos técnicos y los procedimientos para la evaluación de la conformidad.
Las normas técnicas son disposiciones gubernamentales basadas en las normas internacionales vigentes, para proteger la salud pública, el medio ambiente y los derechos del consumidor. Dichas normas determinan la característica de un producto según dimensiones, ingrediente, calidad, rendimiento o seguridad. También pueden regular la terminología, los métodos de prueba, el empaque, el etiquetado y marcaje.
Los procedimientos de evaluación de conformidad son utilizados directa o indirectamente para determinar que se cumplen las prescripciones pertinentes de los reglamentos técnicos o las normas. Son, los procedimientos de muestreo, pruebas e inspección, evaluación, verificación y garantía de conformidad, registro, acreditación y aprobación. En mercados muy competitivos, tal es el caso de Alemania, donde difícilmente se exportará un producto si éste no está certificado por una institución solvente.
Normas fitosanitarias
Las normas fitosanitarias y zoosanitarias están destinadas a proteger la vida y la salud humana, animal y vegetal, mediante el control de plagas, enfermedades y tóxicos de animales plantas y alimentos.
Algunos requisitos a cumplir son: pruebas de laboratorio, certificaciones, inspecciones en el proceso de producción, control e inspección sobre el uso de pesticidas y fertilizantes, cumplimiento del periodo de cuarentena, comprobación de que un producto proviene de zonas libre de plagas, entre otros.
Se añaden a todas estas normas las medioambientales, las ecoetiquetas o ecosellos se aplican a productos respetuosos con el medioambiente. Con el fin de homogeneizar criterios la Comisión de la Unión Europea emitió directrices para ecoetiquetas. Estas medidas se han extendido a países como Argentina y Brasil, el sello ECO y Colibrí respectivamente son ejemplo de esta iniciativa.