Es evidente que las operaciones logísticas son un apartado importante de cualquier empresa, y que los procesos internos para llevar exitosamente la organización y distribución de productos son una labor ardua. Por ello, es de carácter casi obligatorio que las empresas contraten a profesionales especializados en el área, denominados operadores logísticos.
En este artículo veremos en detalle qué es un operador logístico, y cuáles son las funciones que desempeña, identificando y entendiendo cada proceso.
Definición de operador logístico
Un operador logístico es una entidad especializada que se encarga de todos los aspectos logísticos de una empresa. En esencia, es el responsable de gestionar todos los procesos que integra la cadena de suministro de una determinada organización.
Un operador cuenta con todos los recursos necesarios para llevar a cabo todas las fases que integra la logística de una empresa, con lo cual, cuenta con sus propias instalaciones de trabajo y las herramientas tecnológicas pertinentes. Es común que un operador logístico subcontrate algunos servicios relacionados en el área, pero es su organización la que represente y se responsabilice por las labores realizadas por terceros.
Funciones de un operador logístico
Las funciones de un operador logístico están directamente relacionadas con la cadena de suministro y todos los procesos que ello implica. Veamos a continuación los procedimientos más relevantes que tiene un operador en una empresa:
Gestión de pedidos
La gestión de pedidos es la fase cuando el operador recibe un pedido y realiza todas las operaciones necesarias para procesar dicha acción. Comprende las labores de recibimiento, verificación y envío de la orden. Además, se suele guardar un historial de los pedidos que se van procesando, del personal encargado en resolver dicho encargo, y el sistema utilizado para llevar a cabo la solicitud.
Debido al seguimiento que se realiza en todo el proceso de compra, diversos datos relacionados a la compra y al cliente se utiliza. En función de dichos datos, se activa una comprobación de disponibilidad de mercancía, decidiendo en el momento si es posible garantizar la cantidad de bienes o, por el contrario, solicitar al proveedor nueva carga de productos para suplir el pedido.
Manejo de materiales
Este aspecto refiere a las actividades concernientes a las rutas que tendrán los materiales, la maquinaria y personal a utilizar, el espacio que ocupará, la ubicación, almacenamiento, y el recuento de la cantidad de ellos. El manejo de materiales debe ser llevado a cabo por profesionales especializados en esta labor, para asegurar las condiciones de los productos de la empresa, y la seguridad propia del personal.
Embalaje de productos
El operador logístico tiene como responsabilidad determinar las mejores opciones y metodologías para asegurar la integridad y autenticidad del producto durante su manipulación y traslado. Los aspectos que se suelen tomar en cuenta a la hora de embalar un producto son, sus características, su destino, y medio de transporte. Dependiendo del tipo de producto a transportar, se puede utilizar un embalaje u otro, los cuales se clasifican de la siguiente manera:
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Embalaje primario: envoltorio que está en contacto directo con el producto. Como, por ejemplo, una bolsa de clavos.
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Embalaje secundario: segundo envoltorio para añadir protección extra al embalaje primario. Por ejemplo, una caja de cartón que almacena un paquete de jugos.
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Embalaje terciario: se utiliza para añadir aún más protección al embalaje secundario. Simplemente consta de un tipo de caja más resistente para envolver a las cajas más débiles.
Transporte de mercancía
En esta fase se decide el transporte a utilizar de acuerdo a las características del producto y el destino final. En este aspecto, los objetivos más relevantes son: entregar el producto sin ningún tipo de daño, y a tiempo.
Control de inventarios
En este apartado, la organización logística debe gestionar la existencia de productos de la empresa, asegurándose de que el inventario tenga el monto adecuado de mercancía para satisfacer la demanda del mercado. Así mismo, debe estar al tanto de los diferentes productos que ofrece la empresa, distinguiendo y actuando en consecuencia de su tipología (materia prima, bienes intermedios o productos terminados).