Las Buenas Prácticas Ambientales proceden de la reflexión acerca de las actividades que una organización desarrolla y los impactos negativos que genera. Son consideraciones a la hora de desarrollar las actividades, caracterizadas por su simplicidad, bajo coste y rapidez a la hora de conseguir resultados en la mejora de la eficiencia ambiental.
Son una serie de medidas que pretenden mejorar la gestión ambiental de una compañía, además de alcanzar una gestión más responsable y eficiente de la empresa.
Se han realizado Manuales de Buenas Prácticas Ambientales desde numerosos organismos, tanto públicos, como privados y dirigidos bajo una visión generalista, destinados a la totalidad de la ciudadanía, y enfocados a sectores concretos como el turismo.
El sector hotelero comienza a desarrollar iniciativas para promover la incorporación de buenas prácticas ambientales en la actividad empresarial, a partir de los años noventa.
La mayoría de guías de buenas prácticas que podemos encontrar, específicas del sector turístico, trabajan en las siguientes líneas de acción prioritarias:
- Ahorro de energía: Minimización del consumo energético, maximización de la eficiencia de fuentes de energía utilizadas, promoción del uso de fuentes de energía renovables.
- Ahorro de agua: Promoción de todas las medidas posibles para ahorrar agua, implantación de sistemas de reutilización de agua, inducción de cambios de comportamiento de los turistas.
- Gestión de residuos: Prevención de la generación de residuos desde el origen y reducción de la cantidad de residuos al mínimo necesario, reutilización de productos, reciclaje de productos y materiales.
- Sustancias peligrosas: Ausencia absoluta de vertido de aceites, grasas y sustancias tóxicas por los desagües, eliminación o reducción de equipos y consumibles con CFC’s.
- Realización de analíticas de aguas residuales y emisiones de calderas, eliminación o restricción al mínimo de sustancias tóxicas y peligrosas.
- Compras: Selección de productos y servicios que sean menos perjudiciales para el medio ambiente, en particular alimentos, productos de limpieza, equipos y mantenimiento, cosméticos y productos de higiene personal y material de oficina.
Las buenas prácticas ambientales suelen facilitar un ahorro de costes ligado a las actuaciones ambientales.
En particular, las buenas prácticas ambientales encaminadas a mejorar y optimizar la eficiencia de la operación de las instalaciones, tales como el control y la reducción de los consumos de recursos naturales (energía, agua, productos y materias auxiliares), suelen permitir un ahorro de costes en un plazo relativamente corto.
A modo de ejemplo, la Generalitat Valenciana en 1998 concluyó, para los establecimientos turísticos de su territorio que aplicasen buenas prácticas ambientales en su gestión, que la implementación de las mismas conseguiría entre otras mejoras:
- Reducir el consumo de recursos energéticos de toda índole.
- Reducir el consumo de agua.
- Disminuir la generación de residuos y facilitar su reutilización.
- Minimizar el efecto ambiental de las emisiones atmosféricas, de los ruidos y de los vertidos de aguas.
- Mejorar la competitividad de la empresa.
A continuación, mostramos una relación de manuales de buenas prácticas ambientales específicas del sector turístico, y especialmente orientadas a las empresas de alojamiento, que nos pueden servir como referencia a la hora de elaborar y aplicar un procedimiento de gestión ambiental similar.