La alternativa humana, diversa de la reacción de lucha o de huida propia de los seres primitivos, consiste en nuestra gran capacidad verbal para resolver problemas, que nos permite comunicarnos con los demás para aclarar las cosas.
Una parte importante de esta capacidad es nuestro comportamiento verbal asertivo: lo que hacemos cuando nos afirmamos asertivamente. Limitarse a hablar de los derechos asertivos propios no basta para imponerlos. El hecho de que nuestros derechos asertivos existan, de que los aceptemos como parte de nuestro ser, no significa que los demás los respeten o los comprendan, o modifiquen su comportamiento manipulativo, aunque les expliquemos nuestros derechos.
Los derechos se pueden resumir en:
- Primer derecho asertivo: tenemos derecho a querer ser nosotros mismos. Tener nuestro propio comportamiento, nuestros pensamientos y nuestras emociones, y a ser responsables de ello. Somos nuestros propios jueces. Esta declaración que suena en buena medida como algo de puro sentido común. Nos dota a cada uno de nosotros del control sobre nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones y sobre la valoración que hacemos de nosotros mismos. A veces luchamos contra este derecho propio e incluso contra la afirmación que realizan los demás. Esto puede ser consecuencia de nuestra educación manipulativa, como hemos visto. La persona no asertiva (generalmente la de conducta agresiva) se resistirá siempre a otorgar a los demás derechos asertivos para influir o manipular a los demás en sus relaciones con ella. Este tipo de persona pretenderá manipular psicológicamente con normas y pautas de bondad y de maldad, de justicia, de razonabilidad y de lógica, con el fin de controlar un comportamiento que podría entrar en conflicto con sus deseos, gustos y aversiones personales. Su fin pasa por controlar nuestro comportamiento.
- Segundo derecho asertivo: tenemos derecho a no dar razones o excusas para justificar nuestro comportamiento. Si somos nuestros propios jueces, no tenemos por qué explicar nuestro comportamiento a los demás para que éstos decidan si es acertado o equivocado, correcto o incorrecto, o cualquiera que sea la etiqueta que pretendan pegarle. Por supuesto, los demás siempre tendrán la opción asertiva de decirnos que no les gusta lo que hacemos. Nos cabe entonces la opción de no hacer caso de sus preferencias, de buscar un compromiso o de respetar sus preferencias y modificar por completo nuestro comportamiento. Pero si somos consecuentes con esta regla, los demás no tendrán derecho a manipular nuestro comportamiento y nuestros sentimientos exigiéndonos razones para convencernos de que estamos equivocados.
- Tercer derecho asertivo: tenemos derecho a asumir o revocar la responsabilidad de encontrar soluciones para los problemas de otras personas. Cada uno de nosotros es responsable de su propia vida, personal o profesional como procede en este entorno de estudio. Por más que podamos desear el bien para otros, es una sana realidad asumir que no está en nuestras manos crear una vida ideal para los demás.
- Cuarto derecho asertivo: tenemos derecho a cambiar de opinión. Por nuestra propia salud mental debemos ser conscientes de que tenemos derecho a cambiar de parecer. La vida no es constante, las cosas cambian y como consecuencia de eso también podemos cambiar nosotros. Puede ser posible que los otros no entiendan este derecho asertivo e intenten la manipulación, albergando argumentos como “una vez que te has comprometido, no es de adultos cambiar de criterio” esto no es una realidad, viene camuflado por el deseo de otros de mantener un comportamiento que les beneficia.
- Quinto derecho asertivo: tenemos derecho a equivocarnos y a ser responsables de nuestros errores. Equivocarse forma parte de la condición humana. Nuestro derecho asertivo a cometer errores y a ser responsables de ellos describe simplemente una parte de la realidad del ser humano. Sin embargo, podemos ser manipulados por otras personas para sus propios fines si no reconocemos que los errores son simplemente eso, errores. Permitiremos que se manipulen nuestra conducta y nuestras emociones si creemos que los errores son algo “malo” que no se “debe” cometer. Los errores son algo natural y no hay que fustigarse más de lo necesario con ello, errar da la oportunidad de aprender y esa es la clave.
- Sexto derecho asertivo: tenemos derecho a tomar decisiones que puedan aparentemente estar alejadas de la lógica. Tomar decisiones desde el plano racional es fundamental para cualquier ser humano, tanto si es el líder o como uno de los integrantes del equipo, pero a veces la solución está en el plano más alejado de la razón. De hecho, muchas técnicas para buscar la solución a problemas estimulan el pensamiento lateral y la creatividad. Invitamos desde aquí a profundizar en el pensamiento de Edward de Bono.
- Séptimo derecho asertivo: tenemos derecho a decir “no lo entiendo”. Nadie es tan listo y rápido de inteligencia como para poder comprender del todo la mayor parte de las cosas que nos rodean. Y, sin embargo, sobrevivimos, al parecer, pese a esos límites impuestos a nuestra capacidad por la condición humana. Aprendemos lo que aprendemos gracias a la experiencia, y la experiencia con otras personas nos enseña a la mayoría de nosotros que no siempre comprendemos lo que otra persona piensa o quiere. No somos capaces de leer en la mente ajena.