La sociedad cambia cada vez a mayor velocidad. De esta forma, la mayor ventaja competitiva sostenible en el tiempo es la de ser capaz de adaptarse con eficacia y efectividad a esos cambios. Y es importante que el equipo de alto rendimiento lo haga a mayor velocidad que los del resto de las empresas.
¿Pero qué es un equipo de alto rendimiento? Se trata de un grupo de trabajo con características particulares que le permiten alcanzar los mejores resultados. Tienden a ser equipos de personas altamente comprometidas, con una buena comunicación entre ellas, flexibles y con interés por obtener resultados al menor coste.
Además de todo ello, un equipo de alto rendimiento debe tener la capacidad de adaptarse con rapidez a los avances tecnológicos. Sabe, por otra parte, aplicar herramientas y estrategias administrativas para alcanzar los objetivos esperados en el menor tiempo posible.
La formación en un equipo de alto rendimiento
Para lograr que un equipo de trabajo de alto rendimiento funcione, hay que formar a los trabajadores. En primer lugar, deben ser capaces de desarrollar aptitudes para facilitar el trabajo en común. Y también deben ser capaces de desenvolverse sin problemas en diferentes tareas. Del mismo modo, estas personas han de recibir una formación concreta relativa a la toma de decisiones. Sobre todo, en relación con la planificación, ejecución y control del trabajo.
Tradicionalmente, eran los supervisores quienes tomaban las grandes decisiones, no los equipos de trabajo. Sin embargo, ahora a estos se les otorga mayor poder de decisión, de modo que su responsabilidad y, especialmente, su compromiso, son mucho mayores. El resultado son mejoras en la productividad, la calidad y la satisfacción del cliente a un menor coste.
Motivación y seguridad psicológica
Las rutinas laborales siempre han sido consideradas las grandes enemigas de la motivación, la creatividad y el bienestar laboral. Aunque en ciertos puestos de trabajo, en ocasiones, se puede requerir de ellas. Sin dinamismo, sin creatividad, el personal puede encasillarse en la realización de un trabajo metódico, limitado y casi automático. Entre otras consecuencias, esta situación conlleva desmotivación y falta de compromiso.
En la raíz de estos síntomas, muchas veces también están presentes la falta de confianza y el miedo a tomar riesgos interpersonales dentro de un equipo. Finalmente, si no se varía en el método de trabajo, se consigue que el desempeño de los equipos sea bajo.
Los profesionales del ámbito pudieron determinar cómo la causa principal del problema es también la falta de seguridad psicológica, una de las condiciones clave en un equipo de alto rendimiento. La seguridad psicológica consiste en la creación de un entorno de trabajo en equipo donde los miembros del mismo se sienten seguros al asumir riesgos. Se busca tratar de eliminar posibles inseguridades o vergüenzas.
Numerosas investigaciones han mostrado cómo los resultados de un sector dependen en un 30%-40% de su clima laboral. A su vez, este está determinado en gran medida por los estilos de liderazgo. En este sentido, Richard Boyatzis, uno de los creadores del concepto de liderazgo resonante, señalaba en una entrevista publicada por el diario El País lo siguiente:
“Los líderes destacados son los que crean una relación con las personas que están alrededor, una relación en la que están sincronizados entre sí. Las personas que establecen estas relaciones crean esperanza alrededor de un objetivo común; crean compasión y propician un equipo que además de entenderse, se cuida”.
Drum Circle; influencia y liderazgo sensorial de alto impacto
El Drum Circle es un método de trabajo que permite indagar en cuestiones clave, que impactan directamente sobre el bienestar laboral y el clima interno. De esta forma, se apunta a trabajar a través de diferentes dinámicas de facilitación, que invitan a jugar y a divertirse creando en equipo. Pero, sobre todo, intentando que cada participante descubra e incorpore nuevas maneras de hacer, de liderar y liderarse.
Fundamentalmente, los profesionales tienden a ayudar a desarrollar cuatro características adicionales en las personas, con el objetivo de crear un buen trabajo en equipo;
- Fiabilidad. Las personas, comprometidas con el equipo realizan a tiempo sus obligaciones y cumplen con estándares de calidad compartidos.
- Estructura y claridad. Se busca otorgar distintos roles y metas a los miembros del equipo. También es importante que se fijen planes claros.
- Sentido. Es importante hacer entender que también nivel personal, el trabajo que se realiza es importante para cada uno de los miembros del equipo.
- Impacto. Mostrar a los miembros del equipo que sus aportaciones tienen relevancia, que presentan un impacto social.
La aportación individual al grupo hace que el todo sea mayor que la suma de las partes. Esta es una de las premisas fundamentales a través de la cual Mercè Mateo y Oliver Watson, ambos facilitadores de la actividad, conciben cada una de las dinámicas que lleva adelante.