“Existe una relación proporcional entre la cantidad de dinero y el nivel de precios de la economía. Así pues, el crecimiento de la cantidad de dinero que supera al crecimiento real de la economía se termina traduciendo en un incremento de los precios.”
Cuando se habla de dinero nos referimos normalmente a las monedas y billetes de curso legal, pero hay otras modalidades que tienen características más o menos similares: valor, liquidez, medio de pago, etc.
El Banco Central cuando trata de controlar el nivel de liquidez (cantidad de dinero) en el sistema analiza la oferta monetaria en términos de los distintos agregados monetarios en función de los diferentes conceptos incluidos.
Los agregados más utilizados, clasificados de menor a mayor amplitud, son:
- Efectivo en manos del público (E): monedas y billetes de curso legal en manos del público.
- M1: efectivo en manos del público + depósitos a la vista en las entidades de crédito. A la M1 se le denomina también Oferta Monetaria.
- M2: M1 + depósitos de ahorro en entidades de créditos.
- M3: M2 + depósitos a plazo y otros pasivos bancarios.
- Activos líquidos en manos del público (ALP): M3 + otros componentes, entre los que destacan las Letras del Tesoro en manos del público, pagarés de empresas, etc.
Por lo tanto, de forma general al agregado M1 se le denomina también Oferta Monetaria (OM) y está relacionada con el concepto de Base Monetaria (BM) a través del concepto de encaje:
OM=M1 = efectivo en manos del público + depósitos a la vista (dinero bancario)
BM = Efectivo en manos del público (E) + Reservas bancarias (R)
Teoría cuantitativa del dinero
La denominada Teoría Cuantitativa establece que, a largo plazo, existe una relación proporcional entre la cantidad de dinero y el nivel de precios de la economía. Así pues, el crecimiento de la cantidad de dinero que supera al crecimiento real de la economía se termina traduciendo en un incremento de los precios.
ΔM/M = Tasa de crecimiento de la cantidad nominal de dinero
ΔY/Y = tasa de crecimiento de la renta real
π= tasa de inflación
De acuerdo con esta teoría, si una economía en términos reales aumenta un 3% y la cantidad de dinero en circulación aumenta un 10%, la diferencia (7%) se traduce en un aumento de precios.
Esta teoría es aceptada por la mayoría de los economistas como una teoría que se cumple en el medio y largo plazo. En el corto plazo, la relación es más compleja dado que el público no sólo desea mantener dinero para realizar gasto (demanda de dinero por “motivo transacciones”) sino que también demanda dinero como depósito de valor (“motivo precaución y especulación”).
Esta teoría, en términos matemáticos, se resume en la siguiente formulación:
Donde:
V = velocidad de circulación del dinero
P = nivel de precios de la economía
Y = PIB en términos reales (depurado el efecto de los precios)
P Y = PIB nominal
M = cantidad de dinero en circulación
Esto es: el valor de todos los bienes y servicios producidos en un país en un período de tiempo (la cantidad producida de bienes, Y, multiplicada por su precio, P;) es igual a la cantidad de dinero, M, multiplicado por la velocidad de circulación del dinero, V, que es el número de veces que, como media, es utilizado el dinero en un país en dicho período de tiempo. A largo plazo, V e Y vienen determinados por factores “reales” (tecnología, población, etc.) que no dependen de M, de modo que un aumento (disminución) de la cantidad de dinero se traduciría en un aumento (disminución) proporcional del nivel de precios.
La Teoría Cuantitativa mantiene que cuando el banco central aumenta rápidamente la oferta monetaria el resultado es una elevada tasa de inflación. Para ello, se define el concepto de “velocidad del dinero” que mide la velocidad a la que el dinero circula (es decir, que cambia de manos).
Si el PIB de una economía es de 1000 millones de € en términos nominales (PY) y la cantidad de dinero circulando es de 100 millones de €, este dinero tendrá que cambiar 10 veces de mano a lo largo del año.
Si despejamos de esta fórmula el nivel de precios:
Teniendo en cuenta que la velocidad de circulación del dinero suele ser bastante estable en el tiempo y admitiendo, como sostiene la escuela clásica, que el dinero es neutral y, por ello, no afecta al nivel de producción, de aquí se deduce que si aumenta la cantidad de dinero necesariamente esto termina provocando un aumento de precios.
Esto implica que, si un banco central decide crear billetes y monedas para hacer frente al gasto público, estará incrementando la cantidad de dinero y, con ello, pondrá en peligro la estabilidad de precios de la economía.
Punto de equilibrio del mercado monetario
Una vez conocida la curva de demanda de dinero, vamos a suponer que en el corto plazo la oferta de dinero es fija, es una cantidad determinada, por lo que va a ser representada como una línea vertical.
El equilibrio en este mercado viene determinado por el punto de cruce de la demanda monetaria y de la oferta monetaria. Este punto de equilibrio determina el tipo de interés a corto plazo.
Veamos cuál sería la situación si el tipo de interés no fuera el de equilibrio, para ello, supongamos que el tipo de interés es más alto que el de equilibrio (i 1 > i 0). En este caso la demanda de dinero por parte de los ciudadanos es menor que la oferta. La gente quiere tener menos dinero líquido (en efectivo o en cuentas a la vista con escasa remuneración) ya que el coste de oportunidad es elevado, por lo que invertirá el exceso de liquidez en productos con mayor remuneración.
La fuerte demanda de estos productos alternativos (depósitos a plazo, renta fija, etc.) hará descender su tipo de interés (las entidades emisoras de estos productos no tendrán que ofrecer tipos altos para atraer el dinero, ya que éste acudirá por sí mismo).
Por otra parte, si el tipo de interés es más bajo que el de equilibrio (i 2 < i 0), los ciudadanos tenderán a tener más dinero líquido ya que el coste de oportunidad es comparativamente bajo. Las entidades emisoras de productos alternativos tendrán que elevar los tipos de interés ofrecidos para poder colocar sus productos.
Además, como ya hemos visto que la demanda de dinero depende en gran medida del nivel de renta (o demanda de bienes), por lo que variaciones en el nivel de renta determinan desplazamientos de la curva de demanda de dinero lo que implica un nuevo punto de equilibrio y, por tanto, un nuevo tipo de interés (estamos considerando que la oferta monetaria está fija en el corto plazo).
Por tanto, a cada nivel de renta le va a corresponder un tipo de interés de equilibrio. Si representamos en un gráfico los distintos pares de punto (nivel de renta y tipo de interés correspondiente) obtendremos una curva con pendiente positiva que se denomina “Curva LM”, cuya representación se puede ver en la gráfica siguiente.
El proceso de creación de dinero
Dinero Legal
El Banco Central es la entidad que tiene la competencia de poner y retirar el dinero legal en circulación. Para poner dinero en circulación, el BC puede comprar activos en los mercados financieros, conceder créditos a las entidades financieras o al Sector Público. Al hacerlo tiene que emitir billetes y con ello se crea el dinero.
Para destruir dinero puede llevar a cabo operaciones contrarias como vender títulos o exigir la rescisión de los préstamos concedidos y de esta forma, ese dinero deja de estar en circulación, reduciendo parte de la base monetaria emitida.
Dinero Bancario
Las entidades financieras (bancos, cajas y cooperativas) reciben depósitos de sus clientes en forma de cuentas corrientes (que denominamos dinero bancario). Estas entidades utilizan estos depósitos para conceder créditos.
Los bancos comerciales también pueden crear dinero, a través de un proceso de exceso de liquidez que inicia el proceso de creación de dinero bancario debido a varios factores tales como la ampliación del capital del banco, la emisión de obligaciones o empréstitos, la captación de pasivos, rescisión de créditos concedidos, venta de títulos de la cartera de valores, venta de activos reales, etc.
El exceso de liquidez por encima del coeficiente legal de caja, deja recursos desaprovechados en el encaje bancario (dinero en efectivo que guarda el banco en su caja para mantener la liquidez necesaria para las peticiones de dinero legal de sus clientes, este nivel de encaje es determinado por el Banco Central o la autoridad monetaria, lo que evita que un cliente llegue al banco y éste no disponga del dinero que le solicita. Para evitar estas situaciones está obligado a mantener un porcentaje de efectivo sobre el conjunto de depósitos que se denomina coeficiente de caja o de liquidez. El encaje, por tanto, da liquidez al banco comercial, pero le priva de rentabilidad, dado que el dinero legal es un activo que no genera rentabilidad alguna en forma de intereses), deja recursos desaprovechados en el Encaje, por los que no se recibe rentabilidad alguna.
La tendencia del banco será conceder activos rentables (créditos) contra el exceso de encaje. Cuando concede estos préstamos, abre una cuenta al prestatario, el cual utilizará una parte del préstamo en efectivo que se filtra hacia las manos del público, y el resto lo moviliza mediante cheques creándose de esta manera el dinero bancario.
Los sistemas de pago
Los bancos centrales son los responsables de promover la estabilidad y el buen funcionamiento de los sistemas de pago por tres razones principales:
- El mal funcionamiento de un sistema de pagos podría debilitar la estabilidad de las instituciones financieras y de los mercados, por ello, los bancos centrales asumen la función específica de garantizar la estabilidad financiera.
- La confianza de los usuarios en el sistema bancario y en la moneda depende, entre otros factores, de la solidez y eficiencia de los sistemas de pago y de la seguridad de instrumentos de pago, por lo que el funcionamiento de los bancos centrales se basa en gran medida en su credibilidad.
- Los sistemas de pago representan vehículos esenciales para la puesta en práctica de la política monetaria, por lo que los bancos centrales tienen la necesidad de participar en dichos sistemas para liquidar las operaciones de política monetaria.
Por ello los bancos centrales tienen interés y ciertas responsabilidades a la hora de asegurar la eficiencia y seguridad de los sistemas de pago. Para llevar a cabo esta función, los bancos centrales ejercen normalmente un doble papel:
Por una parte, ‘operativo’, gestionando directamente un sistema de pagos o actuando como agente liquidador de sistemas organizados privadamente, y por otra, ‘supervisor’ y ‘regulador’, vigilando el funcionamiento de los sistemas y reservándose la potestad de aprobar sus normas de funcionamiento.