Vivimos en una sociedad de consumo, donde todas las marcas, desde las más clásicas, hasta las de más reciente creación, quieren tener presencia. Si nos fijamos, desde que nos levantamos, vivimos rodeados de marcas. Marcas que han logrado cautivarnos por su comunicación, por su publicidad. La marca de nuestro dentífrico, el gel, el café que desayunamos, la ropa que nos ponemos, el momento afeitado/maquillaje…todo está ahí, en nuestro hogar, por la Publicidad.
Pero ahí no acaba todo, sino todo lo contrario. Todos, desde que salimos de casa estamos expuestos a impactos publicitarios. En nuestro trayecto al trabajo, vemos vallas publicitarias, marquesinas, autobuses, rótulos, flyers, …todos los días. Mensajes que intentan informarnos, pero sobre todo seducirnos y cautivarnos, para que, llegado el momento de la compra, elijamos ese en concreto, y no otro. Su marca, y no la de su competidor. Nadie somos consciente de la exposición que tenemos ante la Publicidad.
Pero la publicidad es muy poderosa. Y con trabajo y frecuencia, llega a introducirse en la mente de todos nosotros (los consumidores), y nos hace actuar.
La Publicidad sigue el método denominado AIDA:
ATENCIÓN-INTERÉS-DESEO-ACCIÓN
- Atención: Que logre captar tu atención, es el primer objetivo de la Publicidad.
- Interés: Que, además, te intereses por el producto en concreto.
- Deseo: Con argumentos, bien racionales o emocionales la publicidad tiene que conseguir que lo desees.
- Acción: La publicidad es capaz de hacerte pasar a la acción. Moverte hacia la compra.
La saturación del mercado publicitario sólo es en realidad una excusa para quien no practica Publicidad, pero la realidad es que hay muchas formas de destacar en el panorama publicitario pese a la saturación. Es ahí donde radica el ”mérito” de los profesionales de comunicación y marketing de los Anunciantes, las agencias de Publicidad, las centrales de medios e incluso de los medios de comunicación. De todos los eslabones del engranaje publicitario dependerá el éxito o el fracaso de su campaña de Publicidad.
De ahí que cualquier producto o servicio, pese a la saturación publicitaria necesite estar en el mercado, y estar en la mente de los consumidores. Eso se consigue con Publicidad. Y si no estás, difícilmente alguien sabrá de tu existencia, asi que recuerda: “Si no estás, no existes”.
¿Cuáles son las funciones de la publicidad?
Función de información
Es la función necesaria para dar a conocer un producto, una marca, un eslogan. Esta función es asumida muchas veces por la palabra o por el contexto que aparece escrito. La imagen, debido a su carácter polisémico, tiene una información muy precisa. El texto aclara las significaciones ambiguas, distingue lo accesorio de lo esencial y cristaliza la significación. Sin embargo, en la evolución de la propia publicidad, ha habido una batalla por conseguir una imagen distintiva, de tal manera que el espectador al ver esta imagen recuerde automáticamente el producto anunciado. Por ejemplo, la imagen de un cocodrilo no nos remite, a veces, a un río africano, sino a una determinada marca de ropa.
Función de persuasión
La persuasión ha sido una de las funciones más importantes y que la publicidad ha desarrollado más ampliamente, ya que el producto tal como es, seguramente, no posee suficientes atractivos y nos recuerda la vida cotidiana.
Decir que cada mañana al ir al trabajo, vayas con el coche que vayas, uno se va a encontrar atascos, probablemente no sería un buen argumento publicitario. Sin embargo, si una marca de coche propone que, con ese coche determinado, uno irá seguro y vivirá la aventura, la aceptación de la realidad es bien distinta.
Este argumento hace olvidar la realidad y va directamente a deseos más profundos y sutiles: la necesidad de seguridad y las ganas de aventura.
Para persuadir, la publicidad utiliza procedimientos como órdenes, sugerencias, asociaciones en serie, reflejos condicionados, apelación a la imagen de uno mismo, etc.
Función económica
Esta función está destinada a que la publicidad sea rentable para quien la promueva, es decir, tiene que hacer vender el producto o imponer la idea al mayor número de personas posibles.
La principal resistencia para cumplir está función es el individuo mismo, ya que la publicidad se dirige a personas o clases sociales que pueden comprar los productos, es decir, que en general, tienen sus necesidades fisiológicas básicas cubiertas y, por tanto, sus deseos se dirigen hacia nuevos objetivos. Así pues, la función es crear nuevas necesidades. Por este motivo, la sugestión prevalece sobre la argumentación.
Función de seguridad y de rol
La publicidad nos presenta la posibilidad de llevar vidas diferentes, una vida de fantasía, una posibilidad de evadirse de la rutina o de vivir mejor. Esta situación se propone como maravillosa y a todos nos gusta.
¿Estamos seguros de que lo que se nos propone, nos interesa o nos hará felices? La publicidad nos hará ver que comprando/consumiendo el producto “x” sí., y en cierto modo, eso se queda en nuestro subconsciente, porque de alguna forma nos gustaría que fuera verdad.
Otro aspecto importante de esta función es la seguridad que se presenta al individuo en su rol social. Si uno pertenece a una clase determinada o tiene tal o cual profesión, ha de vestir de tal manera o ha de utilizar tal producto comercial. De esta manera, queda afianzado su rol en la colectividad a la que pertenece. De la misma forma la Publicidad te sugiere como elevar tu status, tu rol social…(BMW, Audi..) y eso es una baza segura, porque sabe que ese argumento nos convence a todos.
Función estética
Es indudable que en la publicidad hay un importante papel creativo y que, debido a los presupuestos que mueve y a su necesidad de llegar al público, tiene un notable interés técnico y estético.
La publicidad siempre va de la mano de la sociedad, y es una actividad reveladora de modas: Crea una estética determinada, unos cánones (necesidad de tener el cuerpo de tal manera, de esta prenda de vestir.
En Publicidad todo se muestra de forma estética: Una hamburguesa es más apetecible en un spot o en una valla que en la realidad, un juguete resulta
más atractivo en un contexto creado para él, que en la bañera de tu casa. (Ej: Barco de Playmobil).
Función financiadora
La publicidad contribuye a financiar los medios de comunicación. Un diario o una revista necesitan que sus páginas lleven publicidad para poder llegar a los lectores a precios accesibles.
Esta función puede resultar un instrumento de presión ideológica o política, en el sentido de que, en un momento determinado, puede condicionar económicamente a un medio de comunicación.
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