La metodología de gestión estratégica es hoy una herramienta generalmente reconocida para gestionar una organización en condiciones de un entorno frecuentemente cambiante, que genera incertidumbre y riesgos.
Por qué la tecnología de la información es un objeto de gestión estratégica
La empresa moderna se ha vuelto tan polifacética, adaptable e intensiva en información que los métodos tradicionales de gestión ya no permiten tomar decisiones correctas a tiempo, por eso las empresas de éxito hoy en día llevan a cabo sus actividades sobre la base de una estrategia: en un único conjunto de objetivos empresariales, así como las líneas maestras para conseguirlos.
La estrategia de una organización es la base para desarrollar otras en diversas áreas funcionales: marketing, finanzas, recursos humanos, operativa, de innovación, etc. Durante los últimos años, los líderes empresariales han ampliado la lista tradicional de áreas de negocio que necesitan un desarrollo estratégico, incorporando cada vez más la tecnología de la información (TI) a la misma. En la actualidad, los altos directivos vuelven a preguntarse por el papel de las tecnologías de la información modernas y la eficacia de su aplicación. Entonces, ¿por qué es importante la gestión estratégica de las TI y qué enfoques deben utilizarse?
Planificación vinculante de la tecnología de la información con otros activos intelectuales
Al día de hoy, no es ningún secreto que el valor de mercado de una organización moderna de éxito es mucho mayor que el valor de sus activos en el balance. La diferencia se debe a los activos intelectuales de la empresa. Los activos intelectuales no pueden verse, medirse y contabilizarse directamente como los edificios, la maquinaria y los bienes, pero son el catalizador y la fuerza motriz que contribuye a la rentabilidad más efectiva de los activos del balance. Los activos intelectuales de una empresa están representados por su sistema de gestión, el personal y sus competencias, la tecnología empresarial, las relaciones de mercado con los socios y la informática.
Los activos intelectuales están en estrecha relación entre sí. Así, cuando se introducen nuevas tecnologías empresariales o se promueven nuevos productos en el mercado, la organización tiene que cambiar su sistema de gestión, las TI y el personal en consecuencia. Si los cambios en la gestión, el personal y la informática no afectan a la tecnología empresarial y a las relaciones con el mercado, serán insostenibles. Este concepto está respaldado por la práctica de organizaciones de éxito en las que los principales impulsores del desarrollo de las TI son:
- Requisitos del entorno externo en cuanto al crecimiento del volumen y la reducción de precios exigen la minimización de costes, la planificación eficaz y la gestión empresarial operativa; la retención de grandes clientes requiere el apoyo de acuerdos flexibles y ampliados.
- Requisitos tecnológicos de la empresa para eliminar robos notables o pérdidas de producción es necesario automatizar una serie de áreas, además de aumentar la eficacia de los procesos de contabilidad y control.
- Requisitos del sistema de gestión de la empresa. La centralización de la gestión requiere la creación de un centro de servicios común, una política estricta por parte de las estructuras matrices requiere la aplicación de determinadas normas, la necesidad de transparencia empresarial para los inversores puede requerir la implantación de un sistema de información moderno.
De ahí que las estrategias de gestión de activos intelectuales funcionales no deban desarrollarse por sí solas. Por otra parte, la tecnología de la información ocupa un lugar especial entre otros activos intelectuales: cualquiera que sea la misión que la TI desempeñe en una organización, desde un papel de apoyo mínimo hasta una fuerza motriz para el desarrollo del negocio, la estrategia de la TI debe servir de base y formarse en paralelo con otras estrategias funcionales, mostrando en qué métodos de información pueden apoyarse estas estrategias.
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