El trabajo y la vida personal requieren la misma cantidad de atención, tiempo y energía. En la búsqueda de una carrera y resultados, nos olvidamos de que también hay que trabajar las relaciones. Damos trabajo de 40 a 60 horas a la semana y hay mucho menos tiempo para comunicarse con la familia. Sin darnos cuenta, relegamos a nuestros seres queridos a un segundo plano.
Aquí hay algunas señales de que el trabajo está arruinando su relación familiar, así como algunos consejos sobre cómo restablecer el equilibrio en la vida personal.
No tienes tiempo para tu familia
Si te has quedado hasta tarde en el trabajo durante una semana debido a los plazos de entrega urgentes, trata de reservar al menos una noche para una cita con tu pareja. Enfócate solo en él y en ti. Eso significa dejar el teléfono, apagar la computadora portátil, olvidarse del correo electrónico del trabajo y pasar tiempo con tu familia.
No sueltas el teléfono
Pregúntese: ¿Tiene el control del trabajo o es el trabajo el que lo controla a usted? ¿Por qué estás constantemente mirando tu teléfono en casa? Muchos empleados le temen al gerente y tienden a responder a sus mensajes incluso por la noche o los fines de semana.
¿Quizás eres un emprendedor que se siente responsable de cada detalle de iniciar un negocio? Las personas constantemente buscan excusas porque sienten que tienen que trabajar más duro y mejor. De hecho, puede trabajar menos y seguir siendo igual de productivo.
Constantemente te estás quedando sin tiempo
Si constantemente pasa tiempo personal en el trabajo, haga un inventario del tiempo para ver a dónde va. Entonces comience a programar y reservar tiempo para la relación: no debe haber nada más que hacer durante este período.
Sin embargo, no es la cantidad lo que importa, sino la calidad del tiempo que se pasa con una pareja. No hay necesidad de distraerse con otras cosas mientras su ser querido está cerca. Demuéstrale que es importante para ti.
Te sientes agotado
De la mañana a la tarde estás en las reuniones. Todo el día te comunicaste con clientes, socios comerciales, colegas, asistentes. Y hay otras cosas que hay que hacer. Al final del día, estás tan agotado que ni siquiera tienes fuerzas para hablar.
Si al mismo tiempo la empresa tiene un ambiente negativo, si estás rodeado de colegas tóxicos y un jefe, entonces la devastación total y un estado de ánimo decadente están garantizados.
Habiendo llegado finalmente a casa, el nivel de energía estará en la última división. No es de extrañar que por la noche percibas a tu amada pareja como una radio de fondo, o como un gran oído que escuchará toda la indignación. No te lleves el dolor y los problemas de la oficina a casa, o corres el riesgo de dañar gravemente la moral de la relación.
En definitiva, trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar. Si el trabajo se ha convertido en su prioridad número uno, un ser querido seguramente notará que no hay lugar para él en su lista de deseos. ¡No dejes que esto suceda! En caso de duda, hablen entre ellos. La comunicación regular y saludable es la forma más efectiva de encontrar un lenguaje común con su familia.