La inversión es un proceso de acumulación de capital con la esperanza de obtener unos beneficios futuros.
La condición necesaria para realizar una inversión es la existencia de una demanda insatisfecha, mientras que la condición suficiente es que su rendimiento supere al coste de acometerla. Una inversión productiva consistirá en la adquisición de bienes con vocación productiva -activos productivos-, esto es, bienes cuya utilidad es la producción de otros bienes.
Cuando se procede a analizar un proyecto de inversión es necesario tener en cuenta una serie de variables importantes entre las que merecen destacarse las tres siguientes:
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El tamaño del proyecto
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El efecto sobre el riesgo económico
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El grado de dependencia
Las inversiones productivas pueden clasificarse en:
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Inversiones de mantenimiento
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Inversiones de reemplazamiento
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Inversiones de crecimiento
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Inversiones estratégicas
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Inversiones impuestas
Una inversión financiera supone la adquisición de activos financieros; la colocación de recursos en el mercado financiero en forma de acciones, obligaciones, cuentas financieras, etcétera.
Con frecuencia, la cantidad de recursos dedicados a una nueva inversión es tan elevada que la misma supervivencia de la empresa podría quedar amenazada por un proyecto fracasado.
Para que esto no ocurra, son tres los aspectos que debemos tener en cuenta:
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Liquidez
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Rentabilidad
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Riesgo
Para valorar cualquier proyecto, el elemento clave es el cash-flow o flujo de caja que genera. Entendemos por tal el valor neto que arroja la suma de las entradas y salidas de caja que genera el proyecto a lo largo de un período de tiempo determinado. Para valorar un proyecto, se utiliza el concepto financiero de flujo de tesorería en lugar del concepto contable de beneficio o pérdida, ya que se considera que el beneficio contable está afectado por una serie de normativas o reglas contables que no reflejan necesariamente la verdadera situación patrimonial de la empresa derivada del proyecto, en este caso, bajo el prisma de futuro y de planificación.
El cash-flow o flujo de caja de operaciones se calcula, por tanto, para todo el período de tiempo durante el cual el proyecto va a generar rentas. La base para calcular el cash-flow son los cobros y pagos generados por la inversión realizada, no ingresos y gastos.
No se puede olvidar a la hora de analizar una inversión las siguientes variables clave:
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Desembolso inicial
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Estimación del cash-flow
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Valor residual
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Tasa de descuento
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Riesgo de la inversión
El payback (periodo de recuperación de la inversión).
El plazo de recuperación simple es un método de valoración de proyectos de inversión de tipo estático debido a que no tiene en cuenta el momento del tiempo en el que vencen sus flujos de caja. Se define como el tiempo que se tarda en recuperar el desembolso inicial realizado en una inversión.
Las dos grandes limitaciones de este criterio son:
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La no consideración de todos los flujos de caja del proyecto.
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El no tener en cuenta el momento del horizonte temporal en el que tienen lugar los flujos de caja por lo que no opera con su valor actualizado.
Con objeto de paliar una de las limitaciones del método anterior surge el denominado plazo de recuperación descontado que es semejante al anterior salvo en lo que se refiere al vencimiento de los flujos de caja de la inversión que este método sí lo refleja en sus cálculos. Así pues, se trata de averiguar el tiempo mínimo en que se recupera el desembolso inicial de un proyecto de inversión y para ello iremos sumando los diversos flujos de caja actualizados hasta obtener la cifra de dicho desembolso inicial.
El Valor actual neto (VAN).
El valor actual o actualizado neto de una inversión o proyecto de inversión es igual al valor actualizado de todos los flujos de dinero esperados, es decir, es igual a la diferencia entre el valor actual de los cobros que genera y los pagos que origina.
Terminología importante:
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CFo: Desembolso inicial
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Ci: Cobros o flujos de entrada de caja que se esperan recibir al final de cada período
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Pi: Pagos o salidas de caja previstas al final de cada período
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CFi Flujo neto de caja de cada período (CFi = Ci – Pi)
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N: Duración u horizonte temporal del proyecto
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K: Tipo de descuento o coste de capital de la empresa
Lo que hace el VAN es traer al momento 0 los flujos de caja y teniendo en cuenta el Valor del Dinero en el tiempo tenemos que retrotraer los distintos flujos de caja al momento inicial n = 0 mediante el tipo de descuento K, i, o r.
El criterio del VAN propone que un proyecto de inversión sólo debe emprenderse si su VAN es mayor que cero.
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Si VAN > 0 se puede aceptar el proyecto (si bien dependerá de las otras alternativas)
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Si VAN < 0 se rechaza el proyecto (no hay que comparar con las otras alternativas)
Ventajas del VAN:
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Utiliza la Actualización, considerando la depreciación del valor del dinero con el paso del tiempo, homogeneizando los flujos de dinero que se producen en distintos períodos.
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Matemáticamente es sencillo y siempre es posible calcularlo.
Inconvenientes del VAN:
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Se define como el coste de oportunidad del capital, que podríamos hacer con el dinero en otros proyectos alternativos con el mismo nivel de riesgo.
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Para identificarlo se suelen sumar dos componentes: el tipo de interés vigente en el país para la deuda sin riesgo, añadiendo una prima de riesgo que se adaptará en función del perfil de riesgo del proyecto específico.
TIR (Internal Rate of Return).
El TIR (Tasa Interna de Rendimiento) de una inversión la tasa de descuento que anula el VAN de la misma, es decir, que iguala el valor actual de los flujos de caja generados (CFi) al desembolso de la inversión (CFo).
El TIR mide la rentabilidad relativa anual bruta del proyecto de inversión sobre el capital que permanece invertido a principios de cada año. Esta rentabilidad incluye la retribución a los recursos financieros del capital invertido.
Por ser una medida de rentabilidad bruta, el TIR debe compararse con el coste de la financiación.
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Invertir: Si TIR > k
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Rechazar: Si TIR < k
Ventajas del TIR con respecto al VAN:
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Es más fácil de ser entendido en la práctica empresarial, por estar expresado en porcentaje, fórmula que se usa corrientemente para expresar tipos de interés de coste financiero.
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No es necesario hacer referencia para el cálculo del TIR al tipo de interés del proyecto. Sin embargo, esta ventaja es aparente, porque es necesario determinar K para poder aplicar el criterio de aceptabilidad.
Inconvenientes del TIR:
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Para el cálculo a nivel matemático del TIR es preciso resolver una ecuación compleja, por lo que, de no disponer de calculadora financiera u ordenador, debemos trabajar por aproximaciones sucesivas, fijando un valor para la tasa de descuento y ver qué valor arroja el VAN y así ir ajustando hasta identificar el valor de la tasa de descuento que hace que el VAN=0.
Existe en Excel una función que permite calcular fácilmente el TIR y el VAN.
Inconsistencias del TIR:
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Para hallar el TIR hay que resolver una ecuación de grado “n”, que puede tener “n” raíces o soluciones (regla de Descartes, que indica que una ecuación tiene tantas raíces como cambio de signo). Algunas de ellas pueden ser imaginarias o reales negativas, las cuales se rechazarán dado que el TIR será la raíz real positiva. El problema está en que puede no existir una raíz positiva o en que existen varias.
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Luego en las inversiones no simples pueden existir tantos TIR positivos distintos como cambios haya en el signo de los FNC, lo que hace que para estos proyectos el criterio del TIR sea inconsistente, al mostrar varias rentabilidades para una inversión única.
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En las inversiones simples sólo hay un cambio de signo, luego sólo tienen un TIR positivo y este método es consistente.
Comparación de métodos (VAN – TIR):
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Ambos criterios no son equivalentes de forma general, ya que miden aspectos distintos de la rentabilidad de una inversión.
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El VAN arroja un valor absoluto y el TIR su rentabilidad porcentual.
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Se considera que estos criterios son más bien complementarios que sustitutivos o alternativos, en el sentido de que sirven para realizar un estudio más completo de la rentabilidad de un proyecto de inversión.
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En el caso de inversiones simples, los dos criterios son equivalentes en las decisiones de aceptación o rechazo. En una inversión simple sólo existe un valor de K que anule el VAN, es decir, el TIR del proyecto es único y positivo.
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Gráficamente se puede comprobar de forma muy sencilla que ambos métodos llevan a las mismas decisiones.