By Blog de CEUPE on Martes, 31 Julio 2018
Category: LOGÍSTICA

El conflicto intercultural

De acuerdo con Ting-Tomey (2001) el conflicto intercultural es: “la incompatibilidad percibida o real de valores, expectativas, procesos y resultados entre dos o más partes provenientes de cultural diferentes, acerca de temas sustantivos. Los factores detonantes de esta clase de conflicto se encuentran en el etnocentrismo, estereotipos y en los malos entendidos en la comunicación.”

Es importante destacar que los conflictos interculturales no son solamente, producto de distintas culturas nacionales o étnicas, cada grupo social tiene su propia cultura.

Por ejemplo, los grupos generacionales son un referente cultural, de esta manera se crea la cultura de los jóvenes respecto a la de los adultos mayores. Desde el punto de vista de las actividades compartidas por un grupo de personas, la cultura se conforma por una serie de ideas o creencias compartidas por un grupo, independientemente de la sociedad a la que pertenezca.

Una cultura estará conformada por aquellos individuos multilingüistas, binacionales, expatriados con culturas profesionales internacionales. Siguiendo con un enfoque profesional podemos encontrar la cultura de los hombres de negocios, las mujeres de negocios, los ingenieros, los abogados, entre otras profesiones más.

La cultura que nos atañe en mayor medida, es la que tiene relación con el carácter nacional o étnico de las interacciones profesionales fruto de las relaciones comerciales internacionales, puede ser en grupos de trabajo, entre empresas, socios, gobiernos, países etcétera.

La mayor parte de los conflictos culturales tienen su origen en los estereotipos y prejuicios: “Tenemos la sensación de que muchos conflictos culturales se producen en el primer escalón, antes de haber salvado ninguna distancia, sin oportunidad alguna para la relación, para la comunicación, para el conocimiento, para el aprecio y la confianza. No son en este sentido, tanto el resultado del trato, sino del no trato”.

El concepto de etnocentrismo fue acuñado desde las ciencias sociales para dar cuenta de lo que ha sido considerada una de las actitudes frente a los otros más comunes en la historia de la humanidad. Su primera definición data de 1906 y procede de la pluma del sociólogo norteamericano, William Summer, quien lo caracterizaba como: “una visión de las cosas según la cual el propio grupo es el centro de todo y alimenta su propio orgullo y su vanidad, proclama su superioridad, exalta a sus propias divinidades y mira con desprecio a los profanos”.

Algunos autores como Dumont, Preyswek y Perrot prefieren llamarlo sociocentrismo, es una perspectiva, una posición, la del propio grupo, desde la que se contemplan los otros grupos. Es una proyección, en cierto sentido, irrenunciable en la medida en que es imposible liberarse por completo de la influencia del marco cultural propio.

Perder esa referencia, colocaría a las personas en un estado de ingravidez que Kristeva, advierte en los extranjeros. Haría extraños a los seres humanos en su propia cultura, lo cual instalaría las conductas en un caos. Así, un cierto grado de etnocentrismo parece ser común en todas las culturas.

Estereotipar es otra manera de marcar las diferencias por parte de los miembros de una cultura respecto a los otros. Esta acción genera distorsión en la percepción, es una simplificación intelectualmente usada para conservar las diferencias y para hacer una representación de los otros.

Como muestra de lo anterior, Gruère y Morel (1991), resumen la visión estereotipada que algunos países tienen respecto de los franceses:

  1. Los alemanes piensan: son pretenciosos, sofisticados, frívolos, y de buenas maneras.
  2. Los ingleses piensan: son nacionalistas, chovinistas, intransigentes, centralistas, dependientes del estado, educados, pero no de mente abierta.
  3. Los holandeses piensan: son cultivados, les gusta la buena vida, de fácil conversación, no son muy serios, con aires de superioridad.
  4. Los españoles piensan: son pretenciosos, fríos y distantes, hipócritas, mal educados, chovinistas, buenos trabajadores.
  5. Los suizos piensan: tienen complejo de superioridad, inmorales, sucios, neocolonialistas, desorganizados y de buena cultura gastronómica.
  6. Los finlandeses piensan: superficiales, chovinistas, románticos, saben disfrutar la vida, patriotas.
  7. Los americanos piensan: son chovinistas, de buenas maneras, combinación de buen comer y buena conversación, París, curiosos respecto a los extranjeros, pretenciosos, e inteligentes.
  8. Los rusos piensan: buenos conversadores, autosatisfacción, perezosos, amantes del lujo, cultivados e inteligentes.
  9. Los africanos piensan: racistas, razonablemente honestos, bien educados, buena comida y no son espontáneamente hospitalarios.
  10. Los asiáticos piensan: son exhibicionistas, indiscretos, reticentes para hacer amigos.

Como es posible observar, las representaciones hechas de unos y otros es una fuente de conflictos, recordemos como se expresó Yoshiro, de Lou, en el caso del grupo de trabajo de nueve chinos y un norteamericano.

“Lou es técnicamente competente. Admiramos su preparación y hemos aprendido mucho de él. Pero es pura teoría y no es de gran ayuda en el trabajo en sí. No participa lo suficiente y se marcha a la 5 PM en punto. Es entonces cuando el grupo apenas empieza. Y tampoco podemos contar con él para trabajar los fines de semana. Es como el resto de los flojos estadounidenses con los que hemos trabajado. Perdone, pero esa es mi opinión; simplemente un ejemplo más”.

Es una idea preconcebida que los chinos guardan acerca de los norteamericanos, como lo muestra el caso lejos de acercar posturas para el entendimiento genera conflicto entre las partes.

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