Los términos máster oficial y título propio pueden sonar demasiado parecidos para quienes no estén familiarizados con el tema. No obstante, las diferencias entre ellos son importantes, e influyen sobremanera en el desarrollo profesional de una persona. A continuación, te contamos en qué consiste cada uno.
¿Qué significa un máster de título oficial?
Un máster de título oficial es un programa reconocido por el Estado, por lo que se encuentra regulado por la ANECA y es un título aceptado entre los países miembros del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Al ser un máster reglado por los organismos públicos, concede acceso hacia estudios de doctorado.
¿Qué significa un máster de título propio?
Un máster de título propio es un programa privado avalado por la institución que lo imparte. Al carecer de oficialidad, puede adaptarse ágilmente a las nuevas necesidades del mercado. Esta formación, que es dictada usualmente por profesionales en activo, se caracteriza por llevar un enfoque altamente práctico.
Diferencias entre un máster oficial y un título propio
La principal diferencia entre un máster oficial y el título propio de una universidad tiene que ver con la homologación. Sin embargo, esta no es la única; también se pueden señalar diferencias importantes en lo que refiere a su coste, acceso a becas, orientación, desarrollo del plan de estudios y valor a la hora de aspirar a puestos en la administración pública.
Si has estado en la situación de tener que optar por una de las dos opciones, seguro ya conoces de lo que hablamos aquí. En caso de que aún te encuentres frente a la disyuntiva de elegir entre ambas alternativas, no te pierdas el siguiente listado.
1. Homologación
Como mencionamos antes, es la diferencia más relevante. Un máster oficial es impartido por una universidad, pero, a su vez, posee el reconocimiento del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (en el caso de España). Esto, además, los hace válidos no solo en todo el territorio nacional, sino también en muchos países que mantienen acuerdos entre sí. Además, ese reconocimiento hace que esta titulación se tenga más en cuenta en concursos públicos u oposiciones.
Por su parte, el título propio está avalado por el prestigio de una universidad. Los centros que lo ofrecen suelen ser instituciones reconocidas a nivel internacional y con mucha trayectoria. Justamente este rasgo hace que sean amparados por la Ley Orgánica de Universidades, que implica que sean válidos tanto dentro como fuera de España.
Esa diferencia en lo que a reconocimiento oficial se refiere, sin embargo, no resta prestigio a los títulos propios. De hecho, estos son una solución eficaz frente a las vertiginosas demandas del mundo laboral. Es más, en el ámbito privado los títulos propios cuentan con un buen reconocimiento.
2. En qué se enfocan
Como 'puerta de acceso' a los doctorados, los másteres oficiales están más orientados a la investigación. Por lo general, los docentes que los imparten tienen ese perfil, además de pertenecer a la universidad que los ofrecen. No obstante, estos cada vez más adquieren una orientación práctica, y hasta llegan a ofrecer prácticas curriculares a sus alumnos.
Por su parte, teniendo en cuenta su función como capacitadores de profesionales de diferentes ámbitos y su naturaleza práctica, los títulos propios de las universidades suelen tener un cuerpo docente mixto. Es decir, se 'seleccionan' docentes de otras universidades, e incluso pueden formar parte profesionales reconocidos en las enseñanzas que se van a desarrollar.
3. Becas y costes
Por el apoyo público con el que cuenta, un máster oficial ofrece a quien lo cursa la posibilidad de acceder a becas estatales. En cambio, los programas de título propio no suelen ofrecer esta alternativa. Pese a esto, algunas universidades sí ofrecen becas especiales a algunos alumnos.
En relación a los costes de cada uno, para el máster oficial dependerá en gran medida de la nacionalidad del estudiante y de los créditos que otorgue el programa. En la mayoría de los casos (salvo para extranjeros) el Estado subvenciona una parte de la matrícula, mientras que el resto queda a cargo del alumno.
En los títulos propios es el estudiante quien financia su realización. El valor, en estos casos, suele ser el mismo para estudiantes residentes o extranjeros. Cabe destacar, sin embargo, que suelen ser un poco más caros que los másteres oficiales, dado que no cuentan con la subvención estatal.
4. Planificación
Al hablar del diseño y la duración del plan curricular, encontramos unas cuantas similitudes entre ambos. En primer lugar, se miden por créditos, que a su vez exigen determinados requisitos (como tener un título de grado previo) y establecen ciertas horas lectivas. La cantidad mínima suele ser de 60 créditos.
En cuanto a la evaluación y la exigencia, tanto el máster oficial como el título propio de una universidad se enmarcan dentro del Espacio Europeo de Educación Superior. Esto quiere decir que están regulados casi de manera idéntica, pese a que el primero exige la realización de un trabajo final de máster.
En conclusión, se puede establecer que ambos títulos son válidos y poseen prestigio internacional. No obstante, mientras el máster oficial apunta más a la función pública y la investigación, el título propio ofrece salidas laborales adaptadas al mundo y la sociedad actuales.