El Auditor
El auditor debe:
- Cumplir con los requisitos de auditoría aplicables.
- Transmitir y aclarar al auditado los requisitos en base a los que se va a llevar a cabo la auditoría.
- Planificar y desarrollar con eficacia y eficiencia los cometidos que le sean encargados. Ser profesional.
- Documentar adecuadamente sus observaciones.
- Recoger y analizar evidencias que sean relevantes y suficientes para establecer conclusiones sobre el sistema de gestión auditado.
- Mantenerse alerta para detectar las indicaciones que puedan afectar a los resultados de la auditoría que pudieran requerir una investigación más profunda.
- Elaborar los informes necesarios.
- Cooperar con resto del equipo y con el jefe auditor.
- Si lo solicita el cliente, verificar la efectividad de las acciones correctoras.
- Garantizar en todo momento la confidencialidad de la información recibida (secreto profesional) asegurándose por tanto de:
- Devolver la documentación examinada cuando sea requerido.
- Dar el tratamiento de confidencialidad adecuado a la documentación. Tratar con discreción la información “privilegiada” obtenida.
- Actuar con independencia, sin prejuicios y con objetividad.
- Ajustarse a los principios de ética y deontología profesional.
Auditor Jefe
El jefe de la auditoría debe:
- Planificar los trabajos de auditoría, preparar los documentos de trabajo y dar instrucciones al equipo auditor.
- Responsable último de todas las fases de la auditoría.
- Disponer de la autoridad necesaria para resolver, mediante su decisión, todas las situaciones que se vayan planteando a lo largo de la auditoría.
- Llevar a cabo la selección de los restantes miembros del equipo.
- Revisar la documentación del sistema de gestión para determinar su adecuación.
- Dar cuenta de las no conformidades principales al auditado lo antes posible.
- Notificar los principales obstáculos encontrados durante el desarrollo de la auditoría.
- Actuar como portavoz del equipo auditor ante la dirección del auditado.
- Supervisar y presentar el informe de auditoría.
- Dar seguimiento a las acciones correctivas derivadas de la auditoría.
El Cliente
El cliente debe:
- Poner en marcha todo el proceso, determinando la necesidad y propósito de la auditoría.
- Determinar quién llevará a cabo la auditoría.
- Determinar el alcance de la auditoría y en base a qué normas o especificaciones va a ser evaluado el sistema de gestión.
- Ser el receptor del informe final.
- Determinar también qué acciones deben llevarse a cabo a la vista del informe y lo notifica al auditado.
El Auditado
La persona auditada debe:
- Brindar toda la colaboración a los auditores. A este respecto, se debe tenerse en cuenta que el obtener la información es misión del auditor, por lo que no debe esperarse que el auditado muestre sin más, los defectos o debilidades de su sistema de gestión. Es absolutamente lícito por su parte, el tratar de ocultarlos o tratar de desviar la atención del equipo auditor hacia otras áreas de la organización.
- Poner todos los medios para asegurar un efectivo y eficiente proceso de auditoría.
- Comunicar a los miembros más significativos de la organización la realización de la auditoría, su alcance y objetivos.
- Disponer de guías que acompañen al equipo auditor por las instalaciones. Estos guías, serán personas de cierta responsabilidad, que puedan moverse con suficiente libertad por las diferentes áreas a auditar.
- Proveer al equipo auditor de todos los recursos necesarios para asegurar que el trabajo se lleva a cabo con eficiencia y eficacia.
- Dar facilidades al equipo auditor para obtener la documentación o las evidencias que éstos puedan a lo largo de su trabajo de investigación. No obstante, el auditado está en su derecho a ocultar todo aquello que el auditor no le pida.
- Cooperar en la medida de lo posible con el equipo auditor para conseguir que se cumplan los objetivos previstos.
- Establecer y poner en marcha las acciones correctoras que se desprenden del informe de auditoría.