Un plan de marketing, o mercadeo en español, es una estrategia que establece una compañía u organización para dar a conocer sus productos y venderlos a la mayor cantidad de personas posible. Ahora bien, en un mundo globalizado y sumamente competitivo como el de hoy, ¿cómo conseguir que tenga el éxito deseado?
Marketing: un concepto amplio y muy importante
En la actualidad, la palabra marketing aparece prácticamente en todos lados. No obstante, ¿somos verdaderamente conscientes de la planificación que este concepto implica para quienes deseen aprovecharlo? Un plan de marketing consiste en una estrategia integral de una empresa para darse a conocer a sí misma o a alguno de sus productos. Puede estar formado por diversos elementos, todos muy relevantes para el objetivo final. Por ejemplo:
- Publicidad en medios masivos y en plataformas digitales.
- Branding: si bien es un concepto muy amplio, hace referencia a la visión que las personas tienen acerca de una marca. Tiene mucho que ver con la percepción subjetiva y las emociones que una marca despierta en sus usuarios.
- Packaging: incluye las etiquetas, los envoltorios y los envases de un producto. Aunque parezca apenas un detalle, es verdaderamente influyente en la elección del público, lo que hace de él un elemento cada vez más importante en una estrategia de mercadeo.
- Nicho de mercado: hace referencia al estudio del público receptor y de la competencia.
- Objetivos a corto y largo plazo: estos deben ser medibles y, desde luego, también viables.
- Estrategia económica y financiera: este 'horizonte' de la empresa debe ser considerado también al dar a conocer su imagen al mundo. De este modo, se podrán ajustar mejor las pretensiones y los recursos disponibles.
¿Qué debemos tener en cuenta al idear un plan de marketing?
El marketing es un área que, dada la naturaleza del mundo competitivo de hoy, debe ser manejada por expertos. Los profesionales formados que asuman la importante tarea de idear un plan de marketing en una corporación han de tener en mente los siguientes conceptos:
Establecer qué se quiere comunicar
Lo primero de todo es tener bien claro qué aspecto de una empresa o un producto se pretende enfatizar o dar a conocer. En base a esto, se puede planificar una campaña publicitaria que cumpla con esta premisa, además de considerar también los aspectos que se detallarán a continuación.
Segmentación de la audiencia
Muchas veces, se descalifica una campaña publicitaria o se la tilda de 'fracaso' por no lograr los resultados deseados. No obstante, a menudo ocurre que, pese a que la publicidad era buena y la información muy clara, no se apuntó al público indicado.
Entonces, si una compañía de teléfonos móviles decide publicitarse en un evento para personas de la tercera edad, es realmente difícil que consiga captar el interés de estas personas. Así como esta suposición, existen miles de casos que en realidad han pasado.
La 'moraleja' en este caso es que saber elegir el destinatario de un plan de marketing resulta tanto o más importante que la calidad del mensaje en sí. Desde luego, se deben maximizar los esfuerzos para que ambas aristas sean lo más precisas y efectivas posible.
Previsión y anticipación
Si se presume que un producto determinado puede llegar a despertar críticas o cuestionamientos por una de sus cualidades, lo mejor es encarar esto de manera preventiva. ¿Cómo hacerlo? Con información que explique por qué estos 'problemas' no son tales.
De este modo, lo que el plan de marketing logra es ganar tiempo, con todo lo que eso significa. En otras palabras, en vez de esperar a que el producto salga y dar lugar a las críticas de los competidores o de usuarios escépticos, se aclara desde un principio este 'punto debil' (sea cierto o no) para despejar dudas desde un principio.
Adaptabilidad
Puede que pensemos que hemos ideado la campaña de publicidad ideal, pero la realidad nos indique lo contrario. Esto puede darse por malas interpretaciones, por las circunstancias en las que los anuncios tienen lugar o por malas elecciones en cuanto al mensaje.
En cualquiera de estos casos, es esencial saber adaptarse. Un plan de marketing debe incluir la posibilidad de realizar cambios sobre la marcha. Así se podrá responder a las demandas del público receptor, que a veces puede reaccionar de una manera que no se ha planeado con antelación.
Como conclusión, podríamos afirmar que tener un plan de marketing permite a una empresa apuntar sus esfuerzos hacia un mismo blanco. Con esto, se potencian los resultados y se propicia un desarrollo más rápido y eficiente de la corporación.
Finalmente, considera que la formación académica es un punto clave para sobresalir en este ámbito. Para conocer más sobre los cursos de postgrado en marketing presenciales y en línea a los que puedes acceder, te recomendamos echar un vistazo a estas propuestas que ofrece el Centro Europeo de Postgrado y Empresa.