En la vida y de modo concreto en los espacios de trabajo es tan común que los fracasos tengan parte. Siendo realistas, seguramente te has encontrado con ellos a lo largo de tu carrera. Los fracasos no distinguen entre los mejores miembros del equipo, los directores generales o los recién llegados a la empresa, estos alcanzan a todos.
Lo cierto es que tarde o temprano tendrás que corregir tus errores y resolver los problemas que se presenten en el camino. Hay fracasos que serán menores y sólo te harán trabajar hasta tarde, mientras que otros tendrán un profundo impacto en tu vida profesional y personal.
En este artículo te compartimos algunos elementos de debes tener presentes para afrontar los fracasos.
Haz frente a la verdad
Sé sincero contigo mismo, si existe un problema, identifícalo y reconócelo. Frecuentemente lo primero que quieres hacer es encogerte de brazos y desentenderte de los acontecimientos desagradables, pero esto lo único que hace es empeorar las cosas. Mientras más pronto reconozcas una amenaza, más fácil será lidiar con ella.
Por ejemplo, te has dado cuenta recientemente de que no vas a poder entregar un pedido a tu cliente a tiempo. No ignores el problema, ocúpate de él de inmediato; habla con las personas de las que depende la entrega, intenta encontrar una solución y luego informa al cliente. Así, aunque no se cumpla el plazo, el cliente sabrá que has luchado por él.
Recuerda que los fracasos no son permanentes
Los fracasos resultan ser un momento muy estresante. Aunque parezca que el mundo se ha derrumbado, ten en cuenta que no es el fin del mundo. Con el tiempo, te darás cuenta de que en realidad no era un problema tan grande como pensabas. La próxima vez que te encuentres en una situación difícil, recuerda que las cosas mejorarán.
Los fracasos no te convierten en un perdedor
Como lo mencionamos al principio, los fracasos son algo tan común de la vida y estos no te definen. Acepta el problema y resuélvelo. Cambia tu forma de ver las cosas, no te reprimas ni te obsesiones con lo que no puedes controlar.
Independientemente de lo que ocurra, recuerda que el fracaso en el trabajo no determina quién eres ni en qué te convertirás en el futuro. Todo el mundo comete errores, y lo que importa es lo que se aprende de ellos y las conclusiones que puedas sacar.
No tengas miedo de pedir ayuda
Si estás muy estancado en una tarea, pide ayuda a tus compañeros. Explícales cuál es el problema y qué dificultades tienes. Sé honesto, no tengas miedo de admitir tu incapacidad para enfrentarte solo la situación; nadie espera que seas superhumano, así que tampoco te lo exijas a ti mismo.
Sigue adelante
No pienses demasiado en lo que deberías haber hecho en esa situación. Lo hecho, hecho está. Por supuesto, hay que aprender de las experiencias y errores propios, así como también de los ajenos, pero es igual de importante seguir avanzando. Una vez que resuelvas el problema y cambies tu atención a otro proyecto, los nuevos objetivos te darán una nueva perspectiva y la dosis necesaria de entusiasmo. Estarás mucho más motivado y demasiado ocupado para pensar en los fracasos del pasado.
Recordatorios:
- Los fracasos son una parte común de la vida y el trabajo.
- Los errores los comete todo el mundo, tanto empleados con experiencia, así como los recién llegados. Por eso es importante ser capaz de hallar una solución inmediata.
- Para hacer frente a un fracaso en el trabajo, hay que reconocer el problema.
- Tener muy presente que tarde o temprano todo se resolverá, y que el fracaso en sí mismo no te convierte en un perdedor.
- No tengas miedo de pedir ayuda a tus compañeros y sé sincero con ellos.
- Sigue adelante, no te quedes con los fracasos del pasado.
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