By Blog de CEUPE on Miércoles, 10 Julio 2019
Category: CIENCIAS

Clasificación de Hongos en alimentos

“Pueden encontrarse microorganismos vivos en una gran diversidad de hábitats, desde lo más frío de lagunas saladas, en las aguas residuales de las regiones polares, hasta el agua casi en ebullición de manantiales de aguas termales”.


Recomendación previa, leer:

Hongos

Los hongos son microorganismos eucarióticos (tienen el núcleo rodeado por una membrana) unicelulares o pluricelulares que no forman tejidos y sus células se agrupan formando un cuerpo filamentoso muy ramificado. El conjunto de filamentos de un hongo se llama micelio.

Los hongos tienen alimentación heterótrofa, puesto que no pueden realizar la fotosíntesis porque no tienen clorofila. Su forma de reproducción puede ser asexual, por esporas, y sexual.

Pueden tener forma redonda, ovalada o en forma de fibras. Las fibras pueden formar un entramado o red, visible a simple vista, como por ejemplo los mohos en los alimentos.

Por su modo de vida, los hongos pueden ser:

Los hongos viven en lugares húmedos, con abundante materia orgánica en descomposición y en ausencia de luz solar. Son capaces de crecer en condiciones extremas y llegar a formar micotoxinas.

Los hongos se dividen en mohos y levaduras.

Mohos

Los mohos son microorganismos eucariotas no fotosintéticos, que se caracterizan por formar un entramado filamentoso conocido como micelio.

El micelio se desarrolla de forma radial, colonizando el sustrato de forma superficial o por el interior, tomando distintos aspectos: algodonoso, seco, húmedo, etc., y distintas coloraciones.

La mayoría de los mohos se desarrollan entre 15 y 30 °C con un óptimo de crecimiento alrededor de 20-25 °C, sin embargo, algunas especies presentan un crecimiento lento, aunque significativo incluso a -6 °C, se pueden encontrar por tanto en los almacenes frigoríficos. Los mohos resisten temperaturas muy bajas, sus esporas sobreviven y permanecen aptas para germinar cuando se recuperan las condiciones normales. Así mismo, las esporas pueden también sobrevivir a temperaturas muy elevadas.

En los túneles de secado puede existir una microflora fúngica muy abundante, en la que predominan las especies termófilas o resistentes al calor. Ciertos mohos termófilos se comportan como agentes térmicos: Aspergillus candidus, bastante común en granos, puede hacer subir espontáneamente la temperatura de un silo hasta 55 °C, entre estas especies se encuentran las que son potencialmente patógenas para el hombre o los animales.

La humedad tiene una gran influencia sobre el desarrollo de los mohos, pero el parámetro más importante es la actividad de agua (aw ). La mayoría de ellos se desarrollan a una aw de 0,80 a 0,95.

La cantidad de oxígeno disponible es también un factor importante en el desarrollo de los mohos, la mayoría son aerobios, aunque algunos soportan una anaerobiosis muy estricta. No son demasiado exigentes en cuanto a pH.

Los mohos se encuentran principalmente en los cereales y sus derivados, en los productos lácteos, en las carnes y los productos cárnicos, en las oleaginosas, las frutas y hortalizas, en los frutos secos, las confituras y en las bebidas.

Una micotoxicosis es un problema alimentario que no es infeccioso ni contagioso.

No todos los mohos elaboran micotoxinas ni todos son toxinogénicos. De las casi doscientas especies consideradas toxinogénicas, existen cepas que producen micotoxinas y cepas que no las producen o las producen en muy poca cantidad.

Entre las micotoxinas citaremos solamente aquellas que están más relacionadas con algunos alimentos:

En la clasificación de los mohos se utilizan, sobre todo, criterios morfológicos de su micelio y sus esporas.

Mohos de importancia industrial

Continuación...

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