Hay una diferencia entre quedar atrapado en un sentimiento y tomar conciencia de ello. Sócrates sentenció: “conócete a ti mismo”. Esa es la piedra angular de la Inteligencia Emocional, la conciencia y el dominio de los propios sentimientos en el momento en que se expresan.
Recomendación leer:
- La inteligencia emocional en un equipo de trabajo
- El cerebro emocional y el pensamiento en un equipo de trabajo
Detectar los pensamientos negativos
Para detectar los pensamientos negativos es importante conocer las distorsiones más frecuentes que se producen. Profundicemos en este concepto como gestores de personas o profesionales del ramo de los recursos humanos:
- Pensamientos generalizados
¿En qué consisten? Consisten en extraer una conclusión general a partir de un simple incidente o hecho aislado.
¿Cuándo se tienen estos pensamientos? Se puede decir que se tienen estos pensamientos, cuando se utilizan los siguientes términos: todos, nadie, ninguno, siempre, nunca.
Ejemplo: “nunca llego a la hora, siempre hago las cosas mal, todo el mundo se ríe de mí, todo el mundo es mejor jefe o trabaja de manera más eficiente”.
- Pensamientos filtrados
¿En qué consisten? Consisten tomar los detalles negativos y magnificarlos, mientras que no se tienen en cuenta todos los aspectos positivos de la situación. Ejemplo: las evaluaciones del desempeño son terribles. No se percibe el aspecto positivo del desarrollo.
¿Cuándo se tienen estos pensamientos? Se puede sospechar que existen, cuando el pensamiento vuelve una y otra vez sobre ciertas palabras clave: terrible, tremendo, desagradable, horroroso, peligroso e injusto. La frase clave es: no puedo resistirlo, no puedo aguantarlo, no puedo soportarlo.
Ejemplo: piensa que defender un proyecto delante del comité de dirección es terrible. Inmediatamente se dice a usted mismo: “no puedo resistirlo”.
- Pensamientos polarizados
¿En qué consisten? Consisten en percibir o interpretar cualquier cosa o situación de forma extrema, pasando de un extremo a otro sin considerar posiciones intermedias.
Ejemplo: se equivoca en la exposición de un tema frente al comité de dirección y piensa que es un fracasado.
¿Cuándo se tienen estos pensamientos? Se puede decir que se tienen estos pensamientos, cuando la persona se juzga a sí misma en los siguientes términos: con éxito- fracaso, inteligente- imbécil, bueno-malo, perfecto- desastre, fuerte-débil y competente- incompetente.
La persona que habitualmente tiene este tipo de pensamientos vive en una realidad blanco o negro.
- Pensamientos catastróficos
¿En qué consisten? Consisten en exagerar las consecuencias de algún acontecimiento.
Ejemplo; si tiene un rechazo frente a una promoción interna, piensa que no va a ser capaz de prosperar nunca en tu carrera profesional.
¿Cuándo se tienen estos pensamientos? Se puede decir que se tienen estos pensamientos, cuando se piensa en los siguientes términos: y si...
Ejemplo: ante algún suceso se piensa y si me sucede a mí.
- Pensamientos personalizados
¿En qué consisten? Consisten por una parte en suponer que todo lo que ocurre en el ambiente, está relacionado o tiene que ver contigo mismo y, por otra en compararse negativamente con todos los demás.
Ejemplo: “los otros están más preparados que yo. Los otros son mejores líderes que yo y saben motivar y desarrollar a sus equipos de trabajo”.
La importancia de saber modificar los pensamientos negativos en otros más positivos
Es importante saber modificar los pensamientos negativos que nos hacen daño, y nos molestan, en otros más ajustados a la realidad, por las siguientes razones:
Si se sabe modificar los pensamientos irracionales en otros más adaptativos y funcionales se tendrá las siguientes ventajas:
- Dejará de culpabilizarse y se sentirá más a gusto consigo mismo y con los demás. Aumenta la autoestima, por tanto.
- Podrá mejorar su estado de ánimo y afrontará con éxito, cualquier situación social en la que se desenvuelva o cualquier reto que se proponga.
- Se sentirá optimista, alegre, seguro de sí mismo y muy responsable en cualquier tarea que realice, sin ansiedad, bloqueos y angustia.
- La persona que tiene bajo su responsabilidad equipos de trabajo debe evitar el contagio emocional a sus colaboradores. De ahí la importancia de cambiar a positivo los pensamientos más dañinos, ya que como se ha dicho anteriormente en este manual es el primer paso para ser inteligente emocionalmente.
Si no se aprende a manejar los pensamientos negativos de forma adecuada cualquier profesional se encontrará los siguientes inconvenientes:
- Se sentirá triste, desilusionado y desmotivado, con sentimientos de ansiedad y angustia y no será capaz de afrontar con éxito las situaciones sociales en las que se desenvuelva, ni las metas que se proponga.
- Se culpabilizará y se sentirá incómodo consigo mismo y con los demás. Disminuye su autoestima.
- Se sentirás pesimista, triste, inseguro y poco responsable en cualquier tarea que realice, con ansiedad, bloqueos y angustia.
Modificar los pensamientos negativos en otros más flexibles y agradables
Para modificar los pensamientos negativos que nos hacen daño y nos molestan, en otros más ajustados a la realidad, es importante seguir los pasos adecuados. Desde este capítulo les invitamos como responsables de un equipo a trabajar en pos de vuestra inteligencia emocional a realizar los siguientes pasos*: (Reléanse las ventajas aportadas en el epígrafe anterior)
- Detener los pensamientos
¿Cómo? En el momento que aparezca el pensamiento desagradable en la mente, debe interrumpirlo inmediatamente, utilizando una fuerte y enérgica exclamación mental como la siguientes: “stop, calla, ¡basta ya!”.
- Relajarse
¿Cómo? Inmediatamente después de detener el pensamiento, debe pensar en algo agradable y bueno que le produzca tranquilidad. A continuación, respirar lenta y profundamente durante unos minutos de la sigue forma: tome aire lentamente y reténgalo en los pulmones hasta que cuente 1, 2, 3, y 4 después expulsarlo suave y lentamente, mientras cuenta mentalmente hasta 8.
- Identificar o detectar el tipo de errores
¿Cómo? Una vez que esté tranquilo debe pararse a reflexionar sobre el tipo de errores que impiden que su mente funcione adecuadamente. Para ello debe hacerse la siguiente pregunta:
Cambiar los pensamientos erróneos por otros más flexibles
¿Cómo? Una vez detectados los pensamientos no deseados debe sustituirlos por otros que le transmitan tranquilidad o bien por afirmaciones de autoaceptación.
Ejemplo: Pensamiento negativo: “las entrevistas de evaluación del desempeño son terribles. No puedo soportarlas”.
Distorsión (pensamiento filtrado): para modificar este tipo de pensamientos debe realizar lo siguiente:
- Dejar de usar palabras tales como: terrible, tremendo, repugnante, horrible, etc.
- Evitar frases como: no puedo resistirlo, no puedo soportarlo, no puedo aguantarlo.
- Decirse frases como: no exageres, puedo enfrentarme a ello.
Autoafirmación sin distorsión: “las entrevistas son difíciles porque está evaluando mi jefe mis competencias, pero puedo enfrentarme a ellas”.
* Esta explicación se realiza de forma directa y en primera persona del singular para que el alumno coja la destreza adecuada y pueda practicarlo a modo de guía de desarrollo.
Por tanto, los pensamientos impulsan las emociones que dan lugar a los comportamientos:
- Un pensamiento de éxito impulsa una emoción de éxito que da lugar a un comportamiento de éxito.
- Un pensamiento de fracaso impulsa una emoción de fracaso que da lugar a un comportamiento de fracaso.
- También funciona en sentido contrario de tal manera que los comportamientos impulsan las emociones que atraen a los pensamientos.
La emoción genera un pensamiento que deviene en un comportamiento. Trabajar el pensamiento, como se ha visto en este manual se torna fundamental.
Capacidades de la inteligencia emocional
Para profundizar la inteligencia emocional es necesario comprender las capacidades centrales sobre las que se asienta:
1. Reconocer las propias emociones
La represión de los sentimientos es un esfuerzo inútil e inadecuado. Toda emoción termi- na por manifestarse bien a través de una reacción inadecuada con la persona incorrecta o quizá a través de cierto malestar físico. Aristóteles decía: “cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”. Este mismo dicho podría hacerse extensible a cada una de las emo- ciones que el ser humano es capaz de experimentar, sea dentro o fuera del mundo laboral.
2. Saber manejar y controlar las propias emociones
Decía James Allen que “una persona no puede directamente escoger sus circunstancias, pero sí puede escoger sus pensamientos e indirectamente -y con seguridad- darle forma a sus circunstancias.” El Sr. Allen no está hablando de otra cosa que del auto-control emocional, de mantener bajo control las reacciones e impulsos que afecten al desarrollo del profesional dentro de una organización e impiden el alto rendimiento. Estas reacciones e impulsos vienen provocados siempre por una emoción, y como todos sabemos, ésta tiene corta duración.
3. Reconocer emociones en los demás
Otra de las áreas fundamentales de trabajo dentro de la inteligencia emocional es la relación que se genera con otras personas. Somos seres sociales y obviar este hecho produce desajustes en el plano personal y relacional. Es necesario, en el mundo de la empresa, que los líderes entiendan cómo se relacionan con sus equipos, si lo hacen de forma empática o prejuzgando, ya que esto influye en los resultados y objetivos organizacionales como de todo el proceso de trabajo en general.
4. Crear relaciones sociales
Muchas personas hoy en día sienten que pasan más tiempo en la oficina que con los amigos y la familia. La división entre el lugar de trabajo y la familia se vuelve cada vez más delgada; los colegas y compañeros de trabajo a menudo se convierten en “familia”. Estas conexiones tienen una importancia especial porque las relaciones de trabajo tienen peso en nuestras vidas.
Trabajar en equipo es una de las claves para crear relaciones sociales fructíferas dentro del entorno laboral. La meta es conseguir el respeto mutuo, apertura de las diversas perspectivas, empatía y como fin principal, la confianza.
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