La ira es una emoción básica, evolutivamente dirigida a defenderse para la supervivencia y con una función fundamentalmente adaptativa. Puede volverse disfuncional o problemático cuando los ataques de ira (también llamados rabietas) comprometen las relaciones o la calidad de vida, o crean sufrimiento al incitarlos a tomar acciones dañinas hacia uno mismo o hacia los demás.
Aunque los ataques de ira son un problema muy observado en nuestra vida, parece poco explorado en comparación con la ansiedad y la depresión. Las diversas manifestaciones de los ataques de ira se extienden desde la familia hasta el lugar de trabajo, las relaciones en general y el entorno terapéutico clínico.
Definiciones de ira
La ira ha sido definida de muchas maneras según los diferentes aspectos enfatizados. Existe un amplio consenso en que los sentimientos de ira se consideran comúnmente "incorrectos" y se acompañan de acciones para contrarrestar o remediar tales ataques de ira.
En general, la ira se caracterizó en términos de patrones psicofisiológicos y activación facial. Aunque se puede considerar que tiene algunos efectos beneficiosos, como la función de movilizar recursos psicológicos, estimular el comportamiento y proteger la autoestima, normalmente se considera por su valor emocional negativo con consecuencias potencialmente dañinas.
Los ataques de ira es una emoción básica de las personas
La regulación de los arrebatos de ira
En los últimos años se han diseñado intervenciones psicológicas para mejorar la regulación de los ataques de ira, comúnmente conocidas como programas de manejo de la ira, y se han desarrollado para tratar una amplia gama de problemas de salud física y mental.
La justificación del tratamiento se basa en investigaciones que han demostrado una asociación entre la ira y, por ejemplo, trastornos cardiovasculares, trastornos de la personalidad, abuso de sustancias y trastornos cerebrales orgánicos.
Ataques de ira y ansiedad
Nuestra mente está acostumbrada a pensar continuamente, nunca se detiene. Imagínelo como una computadora que está siempre encendida y procesa datos: algunas de las operaciones son visibles en la pantalla, otras “funcionan en secreto”.
Desde pequeños aprendemos a relacionarnos con las personas, construir significados, descubrir la realidad. Digamos que usted crea ideas sobre cómo usted, la gente y el mundo trabajan, y cómo relacionarse con todo esto.
¿Cómo funciona la ira?
Entonces puedes aprender que si tus necesidades no son satisfechas tienes que enojarte, y si es una persona que no te “hace justicia” esto es digno de tus invectivas; en fin, es normal enojarse, así te liberas de tus emociones, después de liberar tu ira te garantizo que te sentirás mejor.
¿Cómo funciona la ansiedad?
Pero, ¿y si aprendieras que no puedes manejar situaciones inesperadas, que si estás cansado eres más vulnerable al desmayo o a la locura? Te sentirías agitado, asustado, con un gran deseo de escapar de esa situación. Aquí, esto es ansiedad.
Los estudios han demostrado que los participantes diagnosticados con ciertos trastornos de ansiedad también tienden a tener altos niveles de ira percibida. Aunque existe una clara relación entre la ansiedad y la ira, todavía no se entiende claramente cómo funciona esta relación. Pero sabemos bien cómo funcionan individualmente.
La ira tiene un tema de injusticia sufrida (no solo hacia ti, sino también una sed de justicia social o injusticia hacia las personas queridas), mientras que la ansiedad tiene un tema de amenazar la propia seguridad, pero también la propia autoestima, la propia imagen, la pérdida de las personas que amamos, etc.