El almacenamiento en frío es un componente crítico dentro de la cadena de frío.
¿Qué es el almacenamiento en frío?
El almacenamiento en frío es una forma de almacenamiento que consiste en guardar productos en entornos con bajas temperaturas, con el fin de prolongar su vida útil, mantener su calidad y evitar la proliferación de microorganismos que puedan causar su deterioro.
Algunos productos que normalmente requieren de almacenamiento en frío, son:
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Alimentos perecederos: Carne, pescado, frutas, verduras, lácteos, helados y comida preparada.
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Fármacos: Vacunas, insulina, antibióticos líquidos, y algunos tipos de supositorios.
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Productos químicos: Reactivos químicos, sustancias sensibles a la temperatura utilizadas en laboratorios, productos químicos para la industria farmacéutica, y productos químicos utilizados en la fabricación de electrónicos.
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Productos agrícolas: Flores frescas, bulbos de plantas, semillas de cultivos, y plantas ornamentales.
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Cosméticos: Cremas faciales, perfumes, productos de cuidado de la piel con ingredientes sensibles, algunos productos de maquillaje como bases líquidas, y ciertos esmaltes de uñas que pueden requerir de refrigeración para prolongar su vida útil.
Tipos de almacenamiento en frío
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Almacenes refrigerados: Son espacios de almacenamiento especialmente diseñados con sistemas de refrigeración para mantener temperaturas bajo cero. Son ideales para productos congelados.
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Almacenes con temperatura controlada: Estos almacenes mantienen una temperatura constante pero no necesariamente bajo cero. Son útiles para productos frescos, como frutas y verduras, que requieren refrigeración pero no congelación.
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Contenedores refrigerados: Son unidades móviles empleadas para el transporte de productos perecederos por vía marítima, terrestre o ferroviaria. Están equipados con sistemas de refrigeración y control de temperatura.
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Cámaras frigoríficas: Son instalaciones más pequeñas que los almacenes. Se utilizan para el almacenamiento temporal de productos a temperatura controlada. Son comunes en supermercados, restaurantes y centros de distribución.
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Vehículos refrigerados: Son vehículos, como camiones o furgonetas, utilizados para el transporte de productos perecederos a lo largo de la cadena de suministro. Tienen sistemas de refrigeración incorporados para mantener la temperatura adecuada durante el transporte.
Los desafíos más habituales del almacenamiento en frío
Por lo general, los desafíos del almacenamiento en frío tienen que ver con el mantenimiento ideal de la temperatura, el control de la humedad, el buen manejo de los productos durante su transporte, la gestión del stock, la eficiencia energética y el uso de embalajes apropiados:
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Temperatura: Mantener la temperatura constante en un rango específico es crucial porque muchas veces pequeñas variaciones pueden provocar pérdida de calidad o descomposición de los productos almacenados.
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Humedad: La humedad puede causar la proliferación de bacterias y moho en los alimentos.
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Transporte: Mantener la temperatura idónea durante el transporte es un desafío logístico importante. Los productos pueden exponerse a temperaturas no deseadas en momentos de carga y descarga, así como en viajes largos.
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Inventario: Un mal seguimiento del inventario puede conducir a una pérdida de alimentos. Por tal razón, es importante saber qué se tiene, cuánta cantidad se tiene y cuánto tiempo lleva allí cada producto para evitar que caduquen o se deterioren.
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Energía: Los sistemas de refrigeración consumen mucha energía. Mantenerlos eficientes es un reto para reducir los costos operativos y minimizar a su vez el impacto ambiental.
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Embalaje: Los embalajes usados deben proteger los alimentos de la humedad y de otros factores ambientales. Elegir el tipo correcto de embalaje (y asegurarse de que esté en buenas condiciones) es esencial para mantener la calidad de los productos.