Las habilidades sociales son necesarias para construir mejores relaciones con las personas. Además, desarrollar estas habilidades contribuye en el descubrir una versión novedosa de sí mismo. Aquí te compartimos nueve sugerencias para optimizarlas.
1. Aprender a escuchar
Esta recomendación viene con una primera comprensión: quizás esta es la habilidad más importante en la comunicación y, por lo tanto, en el desarrollo de habilidades sociales.
Existen cuatro razones por las que se necesita escuchar al interlocutor:
- Se obtiene información.
- Se comprende el punto de vista.
- Se disfruta la conversación.
- Se aprende algo.
La habilidad a dominar se llama escucha activa. Se hace un esfuerzo consciente no solo para escuchar las palabras de una persona, sino más importante, para comprender la esencia de su mensaje.
Si al principio resulta difícil concentrarse en lo que dice una persona, repetirse las palabras a sí mismo ayudará a concentrarse. Otros aspectos que pueden ayudar:
Prestar atención
Mostrando al interlocutor que se le está escuchando:
- Haciendo contacto visual.
- Poniendo a un lado cualquier cosa que pueda distraer: el teléfono, los pensamientos.
- Ignorando las distracciones ambientales.
- Leyendo el lenguaje corporal con el que se expresa.
Mostrar que se está escuchando
Empleando el propio lenguaje corporal para transmitir atención:
- Asintiendo periódicamente.
- Sonriendo y respondiendo a las palabras con gestos y expresiones faciales.
- Prestando atención a la propia postura y asegurarse de que muestre apertura.
- Animando al orador a continuar.
Hacer comentarios
Los filtros personales, suposiciones, juicios y creencias pueden distorsionar lo que se escucha. El papel de oyente es comprender lo que está en juego.
- Reformulando lo que dice el interlocutor: "¿Entiendo correctamente esto...?".
- Haciendo preguntas para aclarar algunos puntos: "¿Qué quiere decir cuando dice...?".
- Resumir brevemente lo que se escuchó: "Entonces, según tengo entendido...".
No interrumpir
Por supuesto, hay excepciones, pero aun así procede el hecho de no interrumpir.
2. Mejorar la comunicación verbal
Este es un tema complejo y, sin embargo, se pueden estudiar varios principios básicos para aplicarlos.
Modular el volumen y tono de voz
El tono puede llevar a una situación aparentemente perfecta. Al compartir experiencias difíciles, pueden sonar como queja de una vida dura. Ensayar frente a un espejo, favorecerá el aprendizaje para expresar emociones específicas unidas al tono de voz.
Es importante ajustar el volumen de voz, para evitar hablar demasiado bajo o alto, procurando no poner al interlocutor en una situación incómoda.
Aprender a iniciar una conversación
Comenzar con algo universal, no personal, de lo contrario podría parecer ofensivo para algunas personas.
Mantenerse alejado de temas polémicos
Lo principal es hacer que la otra persona se sienta bien.
Aprender a terminar cortésmente una conversación
En lugar de levantarse abruptamente diciendo adiós, tratar de ser cortés. Un modo de hacerlo es informar que se tienen asuntos, disculparse y luego retirarse.
3. Mejorar la comunicación no verbal
A veces se transmite más en la comunicación no verbal que a través de las palabras.
Prestar atención al lenguaje corporal
El lenguaje corporal puede decir mucho. Cada segundo, el cerebro humano analiza inconscientemente cada uno de los gestos y expresiones faciales para descubrir si se es un amigo o no, si se quiere ofender y hacer daño.
Durante el diálogo, es importante emplear una postura cómoda y atenta, tener contacto visual y ser consciente de las expresiones faciales.
Observar cómo se comportan las personas en situaciones sociales
Observar las posturas, gestos y expresiones faciales de otros e intentar comprender lo que transmiten. Pensar en cómo se podría mejorar el lenguaje corporal para hacer sentir a las personas en un ambiente agradable.
Interesarse en el interlocutor
Esta es una tarea muy difícil en nuestra era egoísta. Cualquiera que aprenda a estar genuinamente interesado en un interlocutor aumentará instantáneamente sus habilidades sociales.
4. Entrenar las emociones
Buscar una lista de emociones y probar nuevos estados por sí mismo. Las emociones negativas también necesitan ser entrenadas. Esto es útil cuando el estado de ánimo se deteriora: en tal caso el enojo no será inmediato, sino que estará moderado.
5. Empatizar
Lo mejor que puede suceder en cualquier situación social es poner al centro al interlocutor e intentar comprender su realidad ¿cómo la vive? ¿cómo le ha afectado?, etc. Este hábito elimina la timidez y el estrés.
6. Practicar
Probablemente se sabe que para desarrollar cualquier habilidad depende en gran medida de la práctica. Por eso es necesario pasar tiempo con otras personas, para ir desarrollando la intuición y gradualmente comenzar a construir relaciones efectivas con ellas.
7. Confiar
Las habilidades sociales y la confianza van de la mano. Tener muy presente que no tiene nada de malo tener un punto de vista diferente o estar en desacuerdo con el interlocutor. Es fundamental tener confianza y no arrogancia.
8. Tener la iniciativa
Sorprendentemente, vale la pena mostrar al menos un poco de coraje, ya que inmediatamente habrá fuerza y confianza. Esto no significa dominar a otros, sino solo ir primero a contactar. Presentándose, haciendo preguntas, sugerencias e interesándose en las opiniones, esto demostrará seguridad en sí mismo. Los mayores temores sociales son superados por la acción.
9. Establecer una meta
Si una actividad no tiene un objetivo, queda sin sentido. Establecer una meta, puede conducir a la construcción de una mejor comunicación; donde se intercambien puntos de vista, enriqueciendo la interacción. Es de aquí mismo, donde se pueden dar los pasos que lleven a la edificar el propósito.
Probablemente se tengan varias de las habilidades sociales mencionadas, pero mejorarlas puede contribuir a tener relaciones más sólidas que impulsen a las personas de nuestros entornos a desarrollar o también optimizar en ellos algunas habilidades, que propicien mejores ambientes.
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