Sofía Beguería, experta en marketing digital y diseño gráfico, nos cuenta todo lo que tenemos que tener en cuenta a la hora de crear un logotipo.
Hoy en día son muchas las personas que deciden emprender, crear su propia empresa o marca. El proceso de creación de una marca es complicado y tedioso ya que no solo tienes que pasar por trámites puramente burocráticos, sino que lo primero de todo es saber qué quieres ofrecer a tu público y, seguidamente, saber cómo se va a llamar tu marca.
¿Qué logo voy a utilizar? ¿Es el más adecuado para lo que quiero transmitir al consumidor? ¿Qué nombre va a tener la imagen de mi empresa? Es importante tomarte tu tiempo en dar con el logo adecuado porque al final es parte de la imagen de la empresa y de la comunicación de la misma.
Sofía Beguería, experta en marketing digital y diseño gráfico, nos explica que el logo "es la cara de tu empresa en materia visual, determina la personalidad que quieres que refleje tu negocio, es su cara al público. También es lo que identificará tu marca entre las demás, creando el factor diferenciador. Los colores, tipografías y elementos te permitirán crear la identidad corporativa que representará tu marca".
Está claro que cada empresa tiene sus necesidades y no todo el mundo se dirige al mismo público, pero hay ciertos elementos y características que debería de tener el logo de tu empresa. "Un buen logotipo debe ser simple, se debe poder adaptar a los diferentes usos que requiera, es recomendable no utilizar más de 3 colores, vita las tendencias recientes, para que pueda ser atemporal, tipografía sencilla, debe ser versátil y duradero", apunta Beguería.
Si entramos más al detalle y hablamos del nombre del logotipo, hay que señalar que es algo muy importante y tiene que estar en armonía con los demás elementos. "El nombre o naming debe representar tu empresa, lo que haces, lo que ofreces. Es importante para el branding de una empresa que el usuario lo perciba como mensaje, que lo entienda".
¿Cómo debe de ser el nombre de tu marca o empresa? Beguería nos cuenta que uno de los principales requisitos es que sea memorable y llamativo, "lo suficiente para que pueda ser recordado". Además, tiene que ser "relevante y representativo, que tenga coherencia con la marca y sus productos o servicios".
Debe de ser algo breve, en este contexto "menos es más". "En la medida de lo posible debe de ser un nombre original y no hay que olvidarse de verificar que el nombre no esté siendo utilizado por alguien más, estamos saturados de marcas y podría, sin querer, aparecer una idea que ya esté creada".
Aunque es cierto que la originalidad es importante, el nombre debe de ser algo entendible y fácil de pronunciar. "Recuerda que si quieres un nombre que esté en otro idioma, debe ser sencillo de pronunciar, fácil de recordar y que el mensaje esté acorde con tu producto. Hacer pruebas de lectura funciona muy bien en estos casos".
Por último, es muy importante tener en cuenta a nuestro público objetivo y saber si el logo que estamos creando es el más adecuado tanto para nuestro producto o servicio como para las personas que lo van a consumir.
Partiendo de esta base y teniendo en cuenta estas herramientas podemos empezar a construir y pensar en cómo queremos que sea nuestro logotipo. Pero también es cierto, como ya hemos mencionado, que no todas las empresas son iguales y tampoco tienen las mismas necesidades.
Asimismo, según va evolucionando la sociedad, el diseño también. "El diseño varía al igual que las modas, lo que es tendencia hoy, en 5 años ¿seguirá siéndolo? Sabemos que no, pasa lo mismo con los logos. Ellos van evolucionando a lo largo del tiempo, por las exigencias del mercado, por la competencia, crecimiento de la empresa, cambios que no podemos predecir y que van moldeando la marca de manera que debe mutar".
Según nos cuenta Beguería, allá por el 1.800 comienzan a surgir los primeros logotipos, lo que se reconocía como marca o símbolo. "En la era victoriana comenzaron a surgir logos más complejos, pero no es hasta inicios de 1.900 cuando surge el verdadero antecesor del logotipo como lo conocemos hoy en día. Hasta la década de los 80 los logos buscan mostrar ideas fuertes e impactantes".
Aterrizando un poco más a la actualidad, los logotipos más modernos son más que un símbolo para poner en etiquetas, "representan la marca, la naturaleza, la personalidad de la empresa y debido a su simplicidad tienen más posibilidades de perdurar en el tiempo".
Podemos decir entonces que, ¿el logotipo de una empresa puede garantizar el éxito o el fracaso de la marca? "No creo que un logotipo pueda asegurar el éxito, pero definitivamente puede influir en cómo te ven los demás y eso clave para cualquier empresa. Un emblema exitoso, que permita empatía con los clientes, debe apelar a elementos que favorezcan el reconocimiento".
De hecho, la experta en diseño gráfico nos explica que hay estudios que han demostrado que "el logo de una empresa genera un impacto comunicativo en los consumidores y debido a que este es asociado con los valores y principios de la marca, podría afectar positiva o negativamente al éxito de la misma".