La actitud laboral es un elemento fundamental en el desempeño profesional de cualquier empleado, ya que se trata de la disposición que este tiene para realizar las distintas tareas que se le asignan en su puesto de trabajo.
Se entiende por actitud laboral al comportamiento que un individuo manifiesta en su lugar de trabajo, y que puede incidir en su rendimiento, bienestar, y/o capacidad de colaboración con otros.
Una buena actitud laboral es esencial para mantener un buen ambiente de trabajo. Una actitud positiva puede hacer que un trabajador se sienta motivado y comprometido, lo que a su vez puede resultar en una mayor productividad en el trabajo. Además, el mantener una actitud positiva puede mejorar la cooperación entre los compañeros de trabajo.
Por otro lado, una actitud negativa puede causar disminución en la productividad, desmotivación y desinterés en el desempeño de las labores.
Es realmente importante reconocer que las actitudes son contagiosas. Un trabajador con una actitud positiva puede tener un efecto positivo en el resto del equipo y en su entorno laboral, mientras que alguien con una actitud negativa puede causar un efecto negativo en los demás, además de perjudicar su propia imagen y desempeño.
Si quieres mejorar tu actitud laboral, aquí hay algunos consejos que pueden ayudar:
Muestra interés en el trabajo: Esto puede involucrar preguntar acerca de nuevas tareas, solicitar feedback, tomar iniciativa y demostrar una actitud proactiva.
Trabaja en equipo: Colaborar y comunicarse con los colegas es crucial para mantener un ambiente laboral positivo.
Ten una buena ética laboral: Cumplir en cuestiones como la puntualidad, la responsabilidad y el compromiso, pueden propiciar al trabajador a tener una buena actitud laboral.
Practica la resolución de problemas: Aborda los desafíos laborales con una mentalidad positiva. De esta manera, puede que encuentres un mayor número de soluciones prácticas, reafirmando tu actitud hacia la dirección correcta.
Sé flexible: Demuestra adaptabilidad a las necesidades de la empresa, abraza los cambios y demuestra una disposición para aprender cosas nuevas.
Mientras que la aptitud laboral hace referencia a la capacidad que tiene un individuo para realizar un trabajo; la actitud laboral se refiere a la manera en que un empleado aborda su trabajo.
Es decir, la aptitud laboral tiene que ver con las habilidades, el talento, y los conocimientos; y la actitud laboral se relaciona con la personalidad y la disposición que se tiene para afrontar determinados trabajos.
La actitud laboral puede medirse a través de diversas herramientas, tales como:
Encuestas.
Evaluaciones de desempeño.
Análisis del comportamiento.
Entrevistas solicitando la opinión de compañeros de trabajo acerca de la actitud del empleado.
Entre otras.
Ahora bien, medir efectivamente la actitud laboral es un poco más complicado de lo que parece. La actitud de un trabajador se refiere a sus pensamientos y emociones, lo cual puede ser difícil de medir con exactitud. Sin embargo, a través de la observación, herramientas de evaluación y el diálogo constante puede conocerse con cierta precisión la actitud de los trabajadores.
Pero en definitiva, hay que tener en cuenta que medir la actitud laboral no es tan sencillo como medir habilidades técnicas específicas.
Para clarificar lo que hemos leído hasta ahora, vamos a presentar cuatro ejemplos de actitud laboral. Los primeros dos ejemplos son de una buena actitud laboral, y los últimos dos son de una mala actitud laboral:
Buena actitud laboral: Ana es una empleada que siempre llega puntual a su trabajo y cumple con todas sus tareas en el tiempo establecido. Además, siempre se ofrece a colaborar con sus compañeros cuando lo necesitan. Es muy proactiva y su actitud se ve reflejada en los buenos resultados obtenidos.
Buena actitud laboral: Jorge es un empleado entregado a su trabajo y siempre está dispuesto a aprender cosas nuevas. Se muestra flexible ante los cambios y se adapta rápidamente a los distintos requerimientos que se le presentan. Sus compañeros le valoran por su compromiso y dedicación.
Mala actitud laboral: Pablo es un empleado que suele llegar tarde a su trabajo y no muestra interés por cumplir con las tareas que se le asignan. Se muestra indiferente ante los comentarios de sus compañeros y su actitud negativa afecta a todo el ambiente de trabajo.
Mala actitud laboral: Mercedes es una empleada que siempre exhibe incomodidad y desagrado ante las tareas que se le asignan. No se muestra dispuesta a colaborar con sus compañeros y suele quejarse a menudo. Su falta de motivación afecta a su rendimiento y a la calidad de su trabajo.
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